viernes, 24 de abril de 2015

Cuando estábamos juntos

Recuerdo a esa jovencita con su americana, bonitos zapatos y gafas de pasta sujetando nerviosa su cuaderno mientras que entre sus dedos apuraba un cigarrillo. 
Era la época en la que pedías dinero a tus padres para escuchar las conferencias de los intelectuales que salían en los programas “prime time” de televisión, cuando enseñabas tus libros en Instagram.

Uno de los rostros de David Walker.
Te recuerdo radiante en mayo y deprimida en septiembre pero siempre dispuesta a tener la primera y última palabra en una discusión. No puedo olvidar los enfados que se pasaban con una broma y los engaños que se olvidaban por un enfado. Recuerdo las largas llamadas con una joven bohemia al otro lado, libros, bolígrafos, jazz, pop, café y sexo en cualquier lado..

Estimulabas mi creatividad con aquellos complejos razonamientos, con tus excéntricos ideales y profundas interpretaciones de lo más sencillo. Nunca llegaste a ser tan  atractiva como cuando te vestías con aquel oscuro sentido del humor a juego con tu sensual carácter, cuando te atrevías a desnudarte y mostrarme todos tus miedos. ¿Seguirá pensando de forma atrevida o solo lleva lo atrevido en lo superficial?

Quizá ahora tiene una legión de súbitos en los lugares donde entrega sus mejores borracheras, una legión de muchachos que alimentan su ego y a los que uno a uno podrá despreciar. Quizá su cuerpo ha cambiado tanto que parezca que esta engañado a la naturaleza, Quien sabe si en su armario siguen estando las elegantes chaquetas con las que atraía las miradas de los más interesantes o si éstas han dejado su lugar a diseños que se llevan las miradas de cualquiera.

Ni tu me echas de menos ni yo tampoco a ti. A veces me acuerdo con melancolía de algunos momentos que tuvimos juntos, pero no de ti. Tu me detestas y yo desde que te fuiste me quiero más, pero aun así creo que fuimos afortunados al haber interpretado aquella comedia y aun más de que se cerrara el telón.

domingo, 12 de abril de 2015

Odio los domingos - segunda parte. I hate Sundays - Part two.

(Scroll down for the english version)

Realmente no tengo nada contra este día de la semana, simplemente lo que detesto es estar más tiempo con ella. De lunes a viernes cuando apenas nos vemos unas horas todo se mantiene en equilibrio y no hay lugar para crear nuevos problemas, pero los domingos lo nuestro es carrusel de peleas. 

No me gustan mis domingos porque no me apetece estar regalándole mi tiempo. Si decido tener mis propios planes sin ella se crea una situación tan tensa e incomoda que me hace desear volver a la patética situación de estar preguntándonos “¿Qué hacemos?”. Aun los odio más si son invierno, porque hay menos posibilidades de salir de esta monótona tortura.

Odio los domingos porque discutimos más, porque me doy cuenta que ella no es lo que quiero y me siento miserable al no atreverme a dejarlo, porque la sensación de imaginarme solo, arrepentido y recordando es mayor que la triste y mal acostumbrada realidad.

No me gusta que sea domingo porque me doy cuenta que mi vida tuvo que cambiar un tiempo atrás, los domingos es cuando cuando descubro que lamentablemente todo sigue igual, cuando siento que estoy demasiado lejos de donde quisiera estar.


Honestly, I don´t have anything against this day but I just hate spending more time with her. From Monday to Friday when we are together for just a few hours everything is balanced and there is no place to create new problems, but our Sundays are a battle field.

I don´t like my Sundays because I don´t want to give her my time. If I decide to have my own plans without her, a huge tense and uncomfortable situation is created that it makes me want to return to the pathetic situation of asking each other "What can we do today?". I hate Sundays even more in winter because there is less chance of leaving this monotonous torture.


I hate Sundays because we argue, I realize that she is not the right one and I feel miserable that I´m not brave enough to break up with her. I can´t do it because I imagine myself lonely, regretful and missing her; this would be more horrible than living this sad and poor reality

I don´t like when it´s Sunday because I realize that my life had to change a while ago, Sunday is when I discover that unfortunately everything is still the same, when I feel that I'm too far from where I want to be.

domingo, 5 de abril de 2015

Odio los domingos - primera parte. I hate Sundays - part one

(scroll down for the english version)

Odio los domingos con sus improductivas horas en la mañana y con sus largas y aburridas tardes. Puedo rodar durante el sábado porque me engaño para mantenerme ocupado, pero detesto los domingos porque salto de nada por hacer a todo por inventar.

Detesto tener tanto tiempo libre y tener que inventar lo que me mantenga ocupado o quizá despreocupado, odio tener tantas horas para pensar sin sentido y sentirme sin acción, demasiado tiempo para lamentar y anticipar; para deprimirme y martirizarme. Tengo pánico a los largos domingos de invierno porque es cuando más echo de menos.

Detesto los paseos a los centros comerciales, la hora del gimnasio, leer y ver películas por aburrimiento. Me deprime estar en casa esperando un plan y desesperando por no tenerlo. No me gusta sentirme solo y los domingos es cuando la soledad se presenta en todas los rincones, parece que solo ella esta disponible para mí.

No me gusta que sea domingo porque me doy cuenta que mi vida tuvo que cambiar un tiempo atrás, los domingos es cuando cuando descubro que lamentablemente todo sigue igual, cuando siento que estoy demasiado lejos de donde quisiera estar.

English version.


I hate Sundays, their mornings are unproductive and their afternoons are long and boring. On Saturdays I do the tasks that I didn´t get around to doing during the week or I don´t mind just hanging around and relaxing. But, I hate Sundays because I can´t find anything to do, even though I know that there are many things I could do to change this situation.

I hate having so much spare time and having to invent things to do in order to keep myself busy or to keep myself from worrying. I hate having so many hours to think about things that don´t even make sense and to feel that I´m not doing anything about it; too much time to regret and anticipate; too much time to be depressed and to agonize over my thoughts. I panic at the thought of the long winter Sundays because that's when I feel this the most.

I hate walking alone in the shopping centres, the hours in the gym, reading and watching movies just to cure the boredom. It depresses me to be at home waiting for a plan and desperate because I don´t have one. I hate feeling alone and Sunday is when loneliness comes in all corners; it seems that she, loneliness, is the only one available for me.

I don´t like when it´s Sunday because I realize that my life had to change a while ago, Sunday is when I discover that unfortunately everything is still the same, when I feel that I'm too far from where I want to be.

miércoles, 1 de abril de 2015

Mentes poderosas para el deporte.

Esta es la nueva entrada en "El 3er café" para la revista Sport Training. www.sportraining.es

Muchas veces he escuchado eso de que en los deportes de resistencia es muy importante la cabeza y que la mente tiene tanta importancia como la tienen las piernas. Quizá algunos creen que eso de “la mente poderosa para el deporte” es innato, que hay personas que han nacido con una mentalidad que les permita tolerar el dolor de diferente manera y aguantarlo durante más tiempo antes de venirse abajo.
Estoy de acuerdo con que la mente es realmente importante en el deporte y aun más en los de resistencia, pero decir que en la “larga distancia” todo está en la cabeza es algo totalmente vago; tan vago como afirmar que en el deporte todo está en los músculos.
Esas mentes “privilegiadas” que son capaces de soportar el sufrimiento de competir más rápido y durante más tiempo empiezan su entrenamiento por levantarse cada día muy temprano y del tirón; sin posponer la alarma 5 minutos más. Esas personas con habilidades psíquicas superiores en competiciones son capaces de mantener unos hábitos alimenticios, irse a dormir a una hora prudente, vencer la pereza y buscar más allá de la recompensa a corto plazo.
La mejor actitud para el deporte también se entrena a diario, dentro y fuera del deporte. No se trata de mirar los vídeos de las marcas, leer libros sobre grandes proezas o ver fotos con frases inspiraciones que rondan por las redes. A la mente se la entrena a diario con hábitos, recompensas, enseñándole a generar mensajes positivos, dejándole que el resto del cuerpo le dé un feedback sincero. Se le entrena visualizando, con emociones, sintiendo y sacándola fuera de la zona de confort tanto en los entrenamientos físicos como en los aspectos cotidianos del día a día.
Diego Paredes
A lo largo de estos años he encontrado triatletas extraordinarios. Cuando he buscado un trasfondo en ellos he descubierto historias increíbles, vidas complicadas con momentos duros y dramáticos a los que han sabido sobreponerse manteniendo una extraordinaria tolerancia a la frustración. He descubierto también que tenían hábitos poco comunes y una gran perseverancia buscando siempre con una visión global y no puntual de lo que les está sucediendo. Personas que de manera sorprendentemente extraordinaria eran capaces de salir reforzados de cualquier época complicada siempre situándose como protagonistas, tanto de los éxitos como de los fracasos.
No esperes que tu mente empuje demasiado a tu cuerpo si no la has educado, si no la has dado una actitud propicia hacerlo, si no la has sacado fuera de la zona de confort. No esperes que aguante un cambio de ritmo o que te empuje a un último sprint si a diario le has dejado dormir 5 minutos más. No le pidas que aguante un kilómetro más de sufrimiento si rutinariamente la has confortado con quejas y no la has incomodado para buscar soluciones.
Trabajé con Diego Paredes antes de que quedara entre los 50 primeros en Kona. Él dudaba y en algunos momentos le faltaba la confianza, pero yo sabía que haría una gran carrera; su mente estaba predispuesta para afrontar el reto. Diego es un gran ejemplo sobre lo que en este post está escrito.
Cada vez que pienses que tu actitud no es la mejor para el deporte, que tu problema está en la motivación, falta de confianza…, piensa que la puedes entrenar día a día en multitud de situaciones cotidianas.