lunes, 30 de enero de 2012

Imagina y consigue; el poder de la mente.


Puedes imaginarlo, pues puedes conseguirlo. Podemos tener dudadas sobre ello; seamos francos, no todo lo que se imagina puede conseguirse, sobre todo si no esta únicamente en nuestra mano, pero si se le da la vuelta a ese enunciado, podemos sacar algo más cierto: “si no eres capaz de imaginarlo, no eres capaz de conseguirlo”

Recuerdo cuando vivía en Campillo antes de venir a Madrid y comenzar en la facultad, de descubrir el triatlón y en definitiva de ser yo mismo. Entonces no tenia ni idea de coaching, pero ya empecé a utilizarlo a mi manera.

Sería sobre el mes de febrero cuando tumbado en mi cama empecé a fantasear sobre como sería mi vida a partir de septiembre. Entonces estaba en la que aun hoy recuerdo la peor época de mi vida, con un par de fracasos a mis espaldas. Ir a Madrid a empezar psicología, vivir en una residencia universitaria y entrenar en un equipo de triatlón era mi fantasía. Imaginé, visualicé y soñé despierto. Mi cerebro disfrutó viviendo la experiencia con sus emociones correspondientes. Mis circuitos neuronales se modificaron buscando que eso ocurriese de verdad.

El subconsciente empezó a actuar sin que yo me diese cuenta: tenía una predisposición especial para hacer las cosas que me llevaran a ese sueño.

Aprobé selectividad, alcancé la nota necesaria para venir a Madrid y entrar en la facultad, me dieron plaza en una residencia universitaria y encontré un equipo (incluida bici) con el que entrenar triatlón (Gracias Coque). Cuando me dí cuenta… Voilà! Había cumplido y además con creces esa fantasía. Según se cumplía, seguía soñando y mi cerebro seguía creando esos canales de predisposición para materializar los sueños.

¿Y si no hubiese creído en mí esa tarde?
Cuando imaginamos una meta, cuando la vivimos en nuestra mente, la sentimos y la hacemos nuestra, de alguna manera estamos activando nuestro subconsciente y nuestro consciente para lograr lo que ansiamos. Sin duda estamos activando emociones, y las emociones son realmente poderosas para la acción. Escribe las metas y dilas en voz alta para que puedas oírlas.

Si no imaginas, ¿qué activas? Una diferencia entre buscar y llamar al éxito o esperar y verlo venir es imaginar. Imaginar nos obliga a definir una meta. ¿Cuántas veces el problema ha sido que no tenemos un objetivo claro? Con el objetivo definido hay mayor potencial de actuación.

Visualízate en lo mas alto, siente la alegría de alcanzar tu gloría y oriéntate hacia el éxito. Está en tu mente; está en tu mano.

La mente humana es realmente poderosa. Llévala hacia algo constructivo, algo útil y funcional. Cree que es posible que tú puedas lograrlo.

Como veréis ahora… “No puedo creerlo…” “Por eso has fallado”.




miércoles, 18 de enero de 2012

Es el momento de pasar a la acción.


No se me ocurre comenzar este post con otra frase que no sea esta: “la acción más pequeña vale más que la intención más grande”

Proyectos, propósitos, deseos… ¿A qué nos lleva almacenar fantasías en nuestra cabeza que nunca verán la luz?

¿Las ideas de Thomas A. Edison y tantos otros genios criaron telarañas en sus inquietos cerebros? O ¿quizá fueron genios porque se atrevieron a desempolvar las ideas de sus cabezas y llevarlas también a otros sitios más útiles, como por ejemplo sus manos?

¿Y si sacas esa idea, ese sentimiento, ese proyecto que tienes hoy en tu cabeza cubierto de polvo y empiezas a jugar?

Cuántas citas se quedaron en tardes de soledad, cuantos besos en suspiros y cuantos abrazos no fueron más que brazos derrotados… ¿Por qué? Porque un día o quizá dos no quisimos salir de nuestra zona segura; de jugar con la incertidumbre. Sí: pudimos perder y no perdimos; pero ¿ganamos?

Y al hilo de esto se me ocurre una cita de Tamaro: “sólo el dolor hace crecer, pero al dolor hay que enfrentarlo directamente; quien se escabulle o se compadece está destinado a perder”.

La conclusión es que si las cosas salen mal, siempre ganamos en aprendizaje, como respondió el anteriormente citado T. A. Edison a la pregunta de un periodista de cómo siguió intentándolo después de casi mil fracasos de hacer funciona su bombilla. “No fracasé; sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”. Si Edison solo hubiese imaginado cómo se hace una bombilla ninguno lo habríamos estudiado en el colegio; el pasó a la acción y lo consiguió, consiguió que su bombilla se encendiese y por ello es eterno.

Cuantos curriculum sin entregar, cuantas miradas sin llegar a más, cuantas palabras sin escribir… si pasamos a la acción multiplicamos las posibilidades de tener buena suerte, tenemos mayor potencial de casualidad y en definitiva de que las cosas soñadas ocurran. Somos nosotros mismos los potenciadores de nuestros fracasos y los saboteadores de nuestros sueños.
Te invito a que te comprometas a hacer, a que descubras que las acciones son resultados, a que sientas la rareza de no haberlo hecho antes, y más aún a que sientas el orgullo de haberlo conseguido.
Pasa a la acción y deja de esperar que las cosas surjan; la mejor oportunidad de hacer algo grande fue ayer, hoy no es tarde y mañana… mañana puede que sea demasiado tarde para hacer algo realmente grande.

viernes, 6 de enero de 2012

Artículo En Sport Training. Mejora tu rendimiento con el coaching deportivo.


Aquí tenéis el articulo que he escrito para el número 40 de la revista Sport Training en las páginas 48-51.
Estoy muy orgulloso y agradecido de haber podido escribir en esta revista; líder en cuanto a la calidad de sus contenidos.
Es largo, pero aun así he preferido subirlo en una sola entrada.




¿Quieres alcanzar un objetivo deportivo y no sabes como? ¿No sabes cuales son tus objetivos en el deporte? ¿Crees que es incompatible deporte, familia y trabajo? ¿Piensas que tu mente es el mayor freno de tu carrera deportiva? ¿Hay creencias que te limitan?
 Si sientes que todas o alguna de estas preguntas se pueden aplicar en tu vida deportiva, quizá es el momento de que sepas que es el Coaching y como lo puedes utilizar en tu carrera deportiva.

Sir John Whitmore, uno de los padres del coaching, define así la metodología del coaching : “consiste en ayudar a alguien, a pensar por si mismo, a encontrar sus respuestas, a descubrir dentro de sí su potencial, su camino al éxito… sea en los negocios, en las relaciones personales, en el arte, en el deporte, en el trabajo…”

El coaching nació en el deporte; en el tenis más concretamente, cuando en los 70´s Timothy Gallwey publicó “Inner game of tennis” libro en el que se entrenaba mentalmente a los tenistas. Fue tal el éxito, que se llevo al campo de los negocios de la mano de John Whitmore. Fue éste quien también lo traslado a Europa.
Ya en los 80, fue Thomas J. Leonard quien fusiona conceptos y desarrolla el coaching profesional; hablamos del coaching personal, aplicable a las personas en su vida cotidiana.

El coaching se puede utilizar tanto en deportes individuales, como en equipos; por el tipo de lector, me centrare más en el deportista individual.

Los grandes deportistas cuidan tanto su físico como su mente ¿crees que los mejores marcan la diferencia por su mentalidad? todo gran deportista tiene un coach; ¿te gustaría ser el tuyo propio? Aquí tienes una pequeña ayuda para serlo.

Voy a utilizar una pequeña explicación utilizando el modelo GROW (Goal, Reallity, Options y los wh´s). Esta es una guía para desarrollar procesos y sesiones eficaces de coaching; es decir, para alcanzar la meta deseada en el proceso de coaching y la meta que se quiere trabajar en una determinada sesión.

GROW

Goal (meta)
Definir la meta es realmente importante. Se trata de buscar un objetivo a medio plazo. Puede ser en esa misma temporada o de cara a posteriores. Hay que dejar bien definida la meta. ¿Cuál es nuestro reto? ¿Cuándo queremos conseguirlo? ¿Qué te va a aportar conseguirlo?
El objetivo tiene que ser especifico, medible alcanzable, realista y planteado por etapas. Al mismo tiempo también debe estar redactada en positivo, debe quedar perfectamente comprendido, pertinente y no salirse de los límites éticos. Es importante que la meta sea desafiante, legal, ha de ser apropiada y finalmente debe quedar registrada. Si por ejemplo queremos finalizar en menos de 10 horas un determinado Ironman la próxima temporada.
Es importante definir también las “metas desempeño”; estas son las pequeñas metas que nos darán mas posibilidades de lograr la meta final; por ejemplo, cambiar alimentación, conseguir más tiempo para entrenar o cambiar la técnica de carrera.
Cuando tenemos bien definida la meta final, nos acercamos más al momento presente y buscamos lo que deberíamos haber conseguido en un menor periodo de tiempo y que es realmente importante para lograr la meta final. Por ejemplo conseguir terminar un medio Ironman en 5 horas esta temporada.
Podemos afinar más y buscar otra meta en menor tiempo aún, como puede ser correr una maratón en menos de 3 horas en un periodo de 6 meses.
Debemos sentir que conseguimos esa meta; podemos cerrar los ojos y fantasear con ella, sentir que la estamos consiguiendo. Visualizar la meta es importante porque dirigimos nuestra energía en la búsqueda de ese momento. Nos centramos en ella, en que sentimos en ese momento, quienes están con nosotros, cual es la temperatura, olor, que llevamos puesto… Debemos dejar aflorar nuestros sentimientos más profundos. Lo ideal es que traslademos todas esas sensaciones y sentimientos a un objeto que es la forma tangible de todo lo anterior. Se debe conseguir ese objeto y tenerlo presente en cada momento. Sirve para recordar siempre ese fututo momento.

Reallity (realidad)
Tras dejar específicamente fijada la meta; nos debemos centrar en cual es la realidad objetiva. Debemos ver cual es nuestra situación actual de forma descriptiva; cómo somos, qué hacemos, qué hemos hecho para conseguir esa meta y qué resultados hemos obtenido tanto cuando hemos realizado algo o cuando no lo hemos hecho. Se debe evaluar la conciencia que tenemos. La realidad es el punto de partida para alcanzar esa meta. Por ejemplo puede ser practicar triatlón desde hacer 5 años y los resultados que hemos obtenido de ello.

Options (opciones)
En las opciones, analizamos las posibilidades de actuación que tenemos para alcanzar esa meta. No es otra cosa que saber que podemos o no hacer. Debemos pararnos a pensar que podemos realizar diferente a lo que hemos hecho anteriormente, o que podemos cambiar de cara a conseguir el objetivo fijado. En este apartado es clave poner en marcha los ¿y si…?.
Empezamos un proceso de coaching porque no somos capaces de alcanzar nuestras metas, o incluso porque no las tenemos fijadas. Debemos saber que algo tiene que cambiar en nuestra forma de actuar y es aquí donde tenemos que valorar lo que podemos poner en marcha; en definitiva las diferentes opciones que pondremos en marcha en el siguiente apartado. Es interesante tener una gran lista de opciones siempre redactada en forma positiva e ir seleccionando las mejores según los costes y beneficios, siempre dentro del marco de la posibilidad. Un ejemplo de opciones sería… “¿Y si empiezo a entrenar por watios el ciclismo?”

Wh… (Plan de acción)
Si no ponemos en marcha las opciones, es lo mismo que si pensamos en salir a correr y nos quedamos en casa. El plan de acción se trata de realizar las tareas de forma sistematizada que nos hagan progresar en la consecución de los resultados a corto plazo.
El plan de acción debe estar escrito, ser claro, debemos reflejar el compromiso que tenemos de alcanzarlo. El coaching se fundamenta en el compromiso de ejecutar los planes de acción. Es preferible no sobrecargarse de planes de acción tremendamente difíciles de conseguir, y decantarse por pequeños desafíos. Siempre debe haber un alto grado de compromiso; si no, es mejor no fijar ese plan de acción. Debe ser muy claro, concreto y preciso; gradual en cuanto a la complejidad, adaptado a nuestros medios y perfectamente programado; esto es qué debemos fijar cuándo, cómo, con quién lo vamos a hacer exactamente. Se debe buscar un plan de acción que implique desafío, que nos saque de la zona cómoda; esa zona de la que no salimos por miedo o inseguridad. Un ejemplo sería hacer dos series de velocidad la próxima semana martes y jueves, hacerlas solo, en la pista, a las 18 horas y con un grado de compromiso de 9 sobre 10. (Los planes de acción se programan para realizaros entre sesiones)

Ejemplo práctico básico.
Primero se define el objetivo: “correr la maratón de Madrid en 2013 y bajar de 3 horas. Esta maratón se suele correr el último domingo de Abril”.
Una vez definido el objetivo claramente visualizamos el momento en el que estamos cruzando la línea de meta en el parque del retiro, el cronometro no ha llegado aun a las 3 horas… “Estoy cansado pero satisfecho, mi familia esta en la meta, puedo saludarlos. Hace calor, el sol brilla y los espectadores me aplauden. Siento una alegría inmensa, orgullo y emoción”. Tratamos de canalizar todo esto en un objeto. Este nos acompañara siempre, será nuestro ancla.
Una vez que tenemos la meta, pensamos en que deberíamos haber conseguido en el año 2012; por ejemplo “no pasar las 3 horas 15 minutos en una maratón más llana”.
Y a mas corto plazo; en el periodo de 6 meses: “debería ser capaz de hacer la media maratón de Madrid, en menos de 1 hora 35 minutos”.

Ahora nos encargamos de la realidad. “Hasta ahora he salido a correr dos o tres veces por semana durante los 5 años anteriores. Por el momento no he realizado ninguna sesión de velocidad ni técnica de carrera. Mis sesiones de entrenamiento están comprendidas entre 45 minutos y 90 minutos de rodaje. No cuento con ningún asesoramiento, únicamente leo revistas y a través de la web. He participado en un par de medias maratones y carreras populares sin fijarme otra intención que terminarlas. Tengo buena salud, una buena condición física, y aunque no tengo demasiado tiempo libre, soy capaz de sacar tiempo para correr 3 o 4 veces por semana. He probado a hacer series, pero no encuentro la motivación para hacerlo”.

Definida la realidad nos centramos en las opciones con las que podemos jugar:
Primero preparamos una lista con los cambios que podemos efectuar:

Empezar a hacer series de velocidad.
Comprar material deportivo más técnico.
Competir en más carreras.
Realizar una prueba de esfuerzo
Buscar un entrenador.
Unirme a un club.
Consultar a un coach.
Cambiar alimentación.
Mejorar mis descansos.
Ordenar mis entrenamientos.
Buscar huecos para entrenar.
Cambiar la forma de mis entrenamientos incrementando la técnica y estiramientos.
Buscar información en revistas, foros, blogs…

¿Y si me uniese a un club de atletismo popular para entrenar con más gente, tener asesoramiento y más motivación…?
¿Y si me hago una prueba de esfuerzo para saber cuales son mis puntos débiles?
¿Y si cambio mis hábitos alimenticios antes, durante y después del entrenamiento?
¿Y si contrato a un entrenador on line?
¿Cómo podría sacar tiempo para entrenar? ¿Cómo podría conseguir dinero para poder contar con los mejores medios?

Definidas las opciones entramos en el plan de acción. “Voy a informarme sobre los clubs de atletismo que hay en mi ciudad, voy a elegir uno y voy a darme de alta. Lo voy a hacer el jueves y el viernes a las 18 horas y con un compromiso de 9. También voy a pedir cita a un médico deportivo para hacer una prueba de esfuerzo el jueves a las 11 horas con un compromiso de 10. Voy a dedicar 15 minutos del entrenamiento del miércoles a realizar técnica de carrera con un compromiso de 9. Por último voy a buscar información sobre entrenadores on line que me ofrezcan preparar una maratón. El viernes a las 20 horas con un compromiso de 8”

Recomendaciones
Debes hacerte responsable de todo lo que sucede; tanto de los buenos resultados como de los malos. No caigas en el victimismo.
Evita tomar las decisiones más importantes en momentos de alto estrés
Trabaja con metas intermedias más sencillas.
No cierres la puerta a los diferentes tipos de meditación; pueden serte de gran utilidad.
Mira los acontecimientos de forma objetiva; sin hacer juicios de valor. Y piensa… ¿Por qué no podría conseguirlo?
Debes ser tu mayor fan y creer en ti mismo; si no lo haces tú, ¿lo van a hacer tus rivales?
Enfrentarte a lo  que siempre aplazas; atrévete a resolverlo y descubre que eres capaz de lograr tus objetivos; atrévete a sacar lo mejor de ti.

Los procesos de coaching no son tan simples como el ejemplo anterior; suelen entrar en juego emociones, creencias, valores, prejuicios; no somos maquinas. Las propias metas pueden estar no definidas, no consigues ver la realidad objetiva, o tener problemas para encontrar las diferentes opciones... Si no eres capaz de gestionar tú mismo el proceso quizá es la hora de que entrenes tu “músculo” más poderoso: tu mente; de que inviertas en el mejor material; que no es otro que tu potencial.