domingo, 21 de diciembre de 2014

Una mala época.

Una mala época es la oportunidad de generar oportunidades.
Una mala época es el momento de preguntarnos de nuevo lo que nunca ha tenido respuesta.
Una mala época es la mejor ocasión para actuar con mayor libertad.

No hay nada como el dolor de una ruptura para mirar en lo más profundo de nosotros, encontrar nuestro verdadero camino y a los mejores acompañantes. Los sueños empiezan a ser más alcanzables cuando la triste realidad es lo suficientemente lamentable como para despegarse de ella.

El dolor, los desengaños y engaños, los errores, las mentiras, los fracasos, las derrotas, el miedo… es lo que me hace vivir despierto. Fallar, perder, dudar, llorar, suplicar… son verbos que escribí en el pasado, que me acompañaran en el futuro pero nunca los dejare que vengan sin palabras como ilusión, esperanza o satisfacción.

Gracias por haberme roto el corazón, suspendido, despedido, abandonado… Te agradezco que me la jugases y engañases. Me despreciaste y te burlases de mí pero te estoy agradecido porque si ti, sin todo lo que me hiciste sufrir, nunca hubiese pensado miles de veces y estaría huérfano de soluciones, porque jamas hubiese encontrado tantos extraordinarios momentos de felicidad.

Fue algo maravilloso que el destino nos cruzase y después tu me dejases totalmente hundido. Sin haberme visto ahogado nunca hubiese sentido la necesidad de salir a flote; gracias por no haberme dejado simplemente tocado y viviendo en una incomoda distimia. Qué buen resultado me ha traído aquella época en la que me serviste tanta miseria. si ella nunca hubiese saboreado los momentos de felicidad.


Se que estoy en un camino donde las malas épocas suceden a las buenas, que por mucho que trato de prevenir siempre estoy curando, pero en cada una de mis épocas difíciles, en las malas rachas y en mis momentos de tristeza, siempre se entromete el prisma de la oportunidad.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Las tiendas de bicicletas.

Este post lo escribe un cliente inseguro sobre sus experiencias y sensaciones en las tiendas de bicicletas y sus talleres de aquí y de allá durante casi 10 años. 

La entrada esta dividida en 5 aspectos importantes para crear buenas vibraciones en los consumidores: Atención al cliente, espacio, soluciones, empatía y marketing.

1.Atención al cliente.
Me ha sucedido en varias ocasiones y diferentes países que he entrado en una tienda de bicicletas y un señor me ha mirado de arriba a bajo con cara de pocos amigos, también he entrado y ni han levantado la vista del ordenador y en alguna ocasión se han quedado mirándome sin saber que decirme. ¿Sabéis lo que incomoda todo esto a un cliente? A los ciclistas y especialmente a los triatletas nos encanta hablar sobre lo que entrenamos y competimos. Romper el hielo preguntándole sobre qué esta entrenando “engancha” al cliente o al menos lo mantiene en la tienda más tiempo. Por otro lado, nunca nos hagáis  sentir ridículos con vuestro lenguaje no verbal cuando hacemos una pregunta por estúpida que sea porque nunca volveréis a vernos.

2. El espacio.
Recuerdo una tienda pequeña en el barrio de Chamberí en la que el dueño me dijo que el negocio llevaba abierto 60 años. El lugar era un cuartito lleno de bicicletas y pocas eran de temporada. Aquella habitación mal pintada, con poca luz y con unas fotos de los 90´ en marcos polvorientos no era el sitio donde me gustaría decir que había comprado mi bici. 
En Melbourne he visto una tienda en  la que justo en la entrada había un cubo lleno de potencias con el cartelito “$10”. No creo que esa sea la mejor primera impresión que debe tener un cliente sobre un negocio.

Si echas un vistazo a los establecimientos de ropa, están abandonando el concepto clásico de comercio. En Melbourne se están instalando una “La Marzocco”, un par de mesas y un tipo con barba poniendo cafes y comida orgánica en las tiendas de bicicletas, lo comentaré en el punto 5. Quizá a tus clientes actuales no les importa demasiado el espacio pero, ¿Sabes la cantidad de nuevos ciclistas y triatletas que están emergiendo? 

3.Soluciones, no engaños.
Dame una solución o déjame marchar, no me hables solo de descuentos.
Ver como un compromiso no se cumple es algo que desafortunadamente he vivido en demasiadas ocasiones en las tiendas de bicicletas. Frases como “No lo tengo pero te lo pido”, “la bici esta lista para mañana” y “ Esta arreglada” han sido algunas frases con las que me han engañado.
Cuando compré mi bici de montaña me prometieron que estaría en 2 semanas. Al mes me dijeron que ya estaba de camino. Llamé a la fábrica y me dijeron que ese pedido se montaría la siguiente semana. Me estaban mintiendo! Después de 2 semanas de espera, cuando fui a recogerla, vi que venia montado el cuadro de la temporada anterior. El colmo fue cuando me aconsejaron quedármelo argumentando que era más rígido y ligero. 
Ofréceme una alternativa razonable a lo que quiero y quizá me valla con ella. Se que las cosas tienen un precio, cóbramelo. Si me ofreces descuentos por carencia de servicio perderé toda la confianza y si además me haces perder el tiempo sin darme soluciones me ire enfadado.

4.Empatia.
No me hables de tu maravillosa bici o con palabras que nunca he oído, comunicare conmigo en un idioma que pueda entender. Por otro lado, ¿Qué crees que piensan tus clientes cuando ven tus medallas, fotos y maillots de tu pasado glorioso? Escucha lo que ando buscando, recomiéndame si te lo pido, deja que te de pistas de como puedes ayudarme, cada palabra o gesto que veas te revelará como es más fácil que abra la cartera y además irme satisfecho. No me hagas sentir mal porque no te compro lo más caro, no quiero marcharme con la sensación de que he comprado una basura o de ser un agarrado. Aprende a leer lo que necesito, no lo que tu crees que necesito.

5.Marketing.
Debes saber que no transmites demasiado con un post de una bicicleta y una frasecita que has encontrado en Google o compartiendo de forma sistemática lo que tus marcas publican en tus redes sociales.
En Melbourne no hay tienda que no organice un par de salidas a la semana. Me transmite frescura una tienda que hace fotos, videos y cuenta historias de lo que hacen en el taller o un perfil de Instagram bien trabajado. Una formula que funciona aquí es la salida más el café en la propia tienda. Es una gran idea para crear fidelidad y atraer nuevos clientes. Además te estas asegurando que visitan la tienda de forma regular y algo de dinero dejan con el café. ¿Puede Wiggle competir con eso?


Por cierto,  que difíciles somos la mayoría de los clientes que vamos a las tiendas de bicicletas.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Mi cita de Tinder

Cuando vas a un restaurante de comida rápida no esperes que una persona atenta te siente en una bonita mesa, te recomiende lo mejor del menú, te sirva una suculenta comida y después te retire los platos. Cuando tienes una cita en Tinder no esperes que te den explicaciones, ni antes ni durante ni después; si Tinder fuera un restaurante seria uno de comida rápida.
Es sencillo lograr una cita en Tinder o Badoo y aun más sencillo no volver a tenerla: Sin explicaciones, sin dramas… se puede desaparecer sin más. Lo atractivo de Tinder no es solo tener una cita o varias citas  de manera fácil es poder cancelarla, interrumpirla o no no volver a tenerla de forma aun más sencilla y sin sentir culpabilidad. Un juego en el que todos parecen conocer las reglas.

Todo parece bastante divertido, pero se complica cuando aparecen las expectativas, unas reglas no escritas y que cada uno interpreta según sus necesidades.

La primera cita fue un éxito y la segunda extraordinaria. Después de la tercera empezaste a mirar el móvil de forma compulsiva y la cuarta es la que nunca llegó. Ese chico encantador no volvió a escribirte; esa chica radiante no ha vuelto a dar señales de vida: Han desaparecido sin ninguna explicación. Empezó respondiendo con monosílabos, evasivas y ha terminado por no contestar.
Has comenzado a preguntarte  ¿Por qué?, ¿Qué ha sucedido?, ¿Qué he hecho mal? ¿Seré capaz de tener una relación con alguien? Las expectativas te la han jugado…¿Que buscabas en tu cita de Tinder? ¿Que esperaba tu cita de ti? Buscabais algo fácil y ha si ha sido, fácil de hacer y también de deshacer.


En este juego no hay necesidad de tener que decir no y mucho menos de enfrentarse a la incomodidad de dar una explicación. El reverso de una cita fácil es poder abandonarla sin más, por muy “bueno” que haya sido, no dejes que las expectativas te jueguen una mala pasada.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Miedo a nadar en el mar.

Lo último del 3er café. www.sportraining.es
El triatlón es un deporte de moda, cada vez más personas quieren completar su primera prueba. Para muchos, enfrentarse a la natación es el gran problema y aun es más complejo si se tiene miedo a nadar en el mar. Anticipar acontecimientos fatales como posibles ataques de animales, no poder seguir nadando o ser llevados por corrientes… nos puede hacer entrar en estados de ansiedad y por tanto evitar enfrentarnos a esta actividad. Superar este miedo por uno mismo es realmente complicado, por eso es recomendable contar con la ayuda de un entrenador. En este post voy a escribir algunos consejos que pueden ayudar a los entrenadores a trabajar este miedo con sus deportistas.

¿Cómo se supera?
Para superar este miedo hay que hacer salir al deportista de su zona de confort actual y agrandarla.
La ansiedad puede agudizarse en diferentes lugares: en la arena, donde apenas cubre, donde ya no puede ver el fondo. Debemos saber de qué punto partimos y también qué es exactamente lo que el deportista quiere lograr, es necesario comprender que el miedo es perfectamente gestionable. Tampoco hay que olvidar que temer el oleaje y las medusas entra dentro de lo considerado normal.
1. Generar buenas condiciones. Muéstrate y trabaja seguro. El mar debe estar en buenas condiciones y a una temperatura adecuada. Entrenad con neopreno y hazle saber que con uno puesto la flotabilidad está asegurada. Es importante que exista un vínculo de confianza. Háblale en un tono calmado y seguro antes de empezar y en un “idioma” que pueda entender. Si es una relación que fluye el trabajo será mucho más sencillo.
Empatiza y escucha cuál es su problema, pero poner el foco en el objetivo. Trata de que sea siempre atrevido en sus expectativas.
2. ¿Cómo y qué sientes? Trabajad con una escala de ansiedad donde 10 es el máximo y 1 es totalmente relajado. Antes de empezar plantea determinadas situaciones en las que el deportista deba decirte cuál es su nivel de ansiedad. Durante el proceso no dejes de preguntarle cómo se siente y en qué nivel se encuentra. Si en algún momento supera el nivel 8, debéis volver al lugar donde la ansiedad era menor y consolidar esa zona.
3. Trabaja con metas. Estas deben ser concretas, por ejemplo nadar hasta una boya. En mi opinión es mejor que el deportista no conozca la meta hasta que esté realmente cerca, de lo contrario puede incrementar su activación por creerlo “imposible”. Una vez conseguido, muéstrale un reconocimiento y celebradlo. Permanece en el lugar para consolidarlo y proponle continuar un poco más.
4. Sácalo fuera de confort. Progresivamente ve llevándolo fuera de su zona de seguridad. Hazlo despacio al principio y gradualmente más deprisa. Intercambia momentos de natación con otros de flotación. Habla con el deportista cuando estéis parados, pregúntale por su activación y no dejes de prestar atención a su lenguaje no verbal para saber qué ritmo debes tomar. Recuerda que no es un fracaso volver unos metros atrás si la ansiedad es muy alta. Deja que se acerque a ti, que coja tu mano si está muy ansioso, pero dale independencia. Cuando estéis en el punto más lejano, invítale a que vuelva a la orilla nadando en solitario; con esto ganará confianza e independencia.
5. Juega con su atención. Trata de que su foco de atención no sea el miedo. Pregúntale por cualquier otro tema cuando estéis simplemente flotando en el agua. También puedes hablarle de su técnica, invítale a que te de un feedback de ella. Si eres capaz de que la mayor parte de su atención no esté en el miedo, le será menos complicado nadar más metros.
6. Reconocimiento y feedback. Durante la sesión, al alcanzar un objetivo y al terminarla, no olvides reconocer y reforzar sus logros. También es aconsejable proporcionarle un feedback de lo que ha sido la sesión. Tras finalizar pregúntale cuánto cree que ha avanzado hacia la meta final.

Actualmente estoy trabajando varios procesos de este estilo en Melbourne. Es increíble lo que una persona mejora en cada sesión y la facilidad con la que ganan confianza. El proceso de gestionar el pánico a nadar en aguas abiertas es más sencillo y rápido de lo el propio deportista cree, pero es imprescindible trabajarlo con otra persona que sepa y crea que puede lograrlo.
No dudes en escribirme si tienes cualquier duda: edlitamcoaching@gmail.com