miércoles, 29 de febrero de 2012

Seis sombreros para pensar.


En esta entrada voy a escribir sobre los 6 sombreros de pensar del Dr. Edward De Bono.

Edward De Bono Nació en Malta en 1933.y es un escritor, psicólogo, y el creador del pensamiento lateral. Ha publicado multitud de obras y un amplio reconocimiento como la mayor referencia en el mundo del pensamiento creativo.

De Bono ingenió los 6 sombreros para pensar como una herramienta de toma de decisiones en los grupos de dirección de empresa. Yo me voy atrever a llevarlo a entornos más cotidianos, para la toma de decisiones en grupos formales, informales, parejas y por qué no, a  toma de decisiones intrapersonales, es decir para la toma de decisiones de uno mismo.

Seis sombreros para pensar, o lo que es lo mismo 6 formas de pensar diferente sobre lo mismo, 6 formas de enfocar el pensamiento de forma alternativa sobre un aspecto con el único fin de llegar a la mejor opción: exista ya, sea nueva o una adaptación.

Ponernos el sombrero implica pensar con las pautas del que llevamos puesto. No se trata de defender nuestra idea. Tampoco se trata, si es nuestra propia decisión, de autoconvencernos destruyendo las demás opciones. En definitiva es interpretar diferentes papeles en la función del pensamiento.

Con el sombrero tenemos que atrevernos a decir lo que sin él no diríamos, a interpretar al loco, al genio, al payaso, al héroe o al villano; que sean los personajes los que hablen y no nosotros.

Antes de ponernos cualquier sombrero debemos acordar que todos nos vamos a poner ese sombrero aunque no sea el que mejor nos siente. Es más importante pensar con un sombrero que no nos gusta que con nuestro preferido. Vamos a dar vacaciones a nuestro ego. Es importante estar en sincronía de sombreros, todos tenemos que llevar el mismo puesto en cada momento. Seamos generosos, una idea puede llevar a otra mejor. Colaboremos construyendo opciones no dinamitándolas.

El sombrero blanco es para pensar en los hechos objetivos, en cifras. Es un pensamiento neutral, sin interpretaciones, se ciñe a la realidad objetiva. Se deben trabajar con datos verificados y sin posibilidad de dobles interpretaciones. El sombrero blanco es para pensar como un ordenador.

El sombrero rojo es el de las emociones. Aquí entran en juego los sentimientos y la intuición, cabe el “me siento así con este asunto”.  Legitimamos las emociones como parte del pensamiento y del mapa. Los sentimientos no tienen por qué estar dentro de una lógica ni justificados. Con el rojo pensamos según el estado de ánimo que el asunto nos despierta.

Con el sombrero negro abordamos el asunto desde una perspectiva triste y pesimista ¿Por qué no va a funcionar? Razonamos con el sesgo negativo potenciado por los riesgos y el peligro. Con el negro se puede decir “esto no funcionó en el pasado”.  Hay que diferenciarlo de los sentimientos negativos, que serían asunto del sombrero rojo. Es obligatorio usarlo antes que el amarillo.

Sombrero amarillo como el positivo y alegre. Todos tenemos que pesar con optimismo cuando nos lo pongamos, aun cuando realmente no lo seamos. ¿Qué tienen de positivo? ¿Qué puede tener? Es la ocasión para ver el vaso medio lleno. Se trata de un optimismo bien fundado, pero sin limitarse a lo estrictamente lógico, buscando siempre construir, oportunidades, visionado… No es la euforia del rojo ni tampoco lo creativo del verde.

El verde es la creatividad; una tormenta de nuevas ideas. Es una búsqueda de alternativas; vamos más allá de lo obvio y conocido incluso de lo que ha funcionado. Desde una idea se salta a otra nueva, dejando fuera juicios. ¿Qué método utilizar? Pasar del pensamiento lineal al lateral. Este sombrero es mi favorito. Poniéndonos éste puede nacer la identidad del grupo, pareja o incluso la propia.

Por último el sombrero azul es el organizador del proceso, el que dirige el pensamiento. Indica qué sombrero nos tenemos que poner en cada momento. Con el azul dirigimos los temas hacia donde debe dirigirse el pensamiento. Este sombrero hace la síntesis, visión global y conclusiones. Es el sombrero que usaría el director de la orquesta.

El Dr. De Bono menciona que los sombreros se pueden agrupar en 3 pares de opuestos:
blanco y rojo, negro y amarillo, y por ultimo verde y azul.

Walt Disney también tenía una técnica parecida para crear que utilizaba de manera intrapersonal. Trabajaba en 3 habitaciones diferentes: la habitación de los sueños, donde la fantasía fluía sin limitaciones y que sería como el sombrero verde; en la habitación de la acción llevaba a cabo las acciones para materializar las ideas; y por último, la habitación de la evaluación para analizar cómo lo había hecho y para ver posibles mejoras.

¿Podemos o no podemos utilizar la técnica de los 6 sombreros para tomar decisiones en grupos informales? ¿Se te ocurre alguna situación en la que tu grupo la podría haber aplicado?
¿Se pueden aplicar en decisiones de pareja? Sería útil por ejemplo para la compra de una casa. Para tomar nuestras propias decisiones, ¿podemos hacerlo cambiando de sombrero antes de llegar a una decisión? Estoy convencido que a nivel individual, si somos capaces de jugar con los sombreros de forma correcta, tomaríamos decisiones mucho más adecuadas. Se me ocurren mil y una ocasiones para empezar a utilizarlos todos. ¿No estarás usando únicamente el sombrero negro?



DE BONO, EDWARD. Seis sombreros para pensar. Barcelona. Paidós, 2007

lunes, 20 de febrero de 2012

Coaching para encontrar empleo 2/2


Caso práctico de autocoaching para encontrar empleo.

“Soy periodista y tras trabajar 5 años en una agencia de comunicación que ha cerrado, quiero volver a encontrar un empleo”.

“Hasta ahora he enviado el curriculum para muchos puestos de trabajos y a ninguno en concreto; quizá si focalizase mi energía en algo concreto me daría menos pereza mandar los curriculum. Realmente ¿donde quiero trabajar? ¿cuál es mi trabajo ideal?”.

“Ya se donde quiero desarrollarme como periodista, puedo llegar a conseguirlo; soy capaz de visualizarme ahí; me gusta lo que estoy sintiendo. No es imposible, es un reto que voy a conseguir. Es compatible con lo que soy y con lo que estoy dispuesto a ser”.

“¿Cuánto camino me queda que recorrer hasta ese empleo? ¿Qué he hecho hasta ahora? ¿Cuál es mi situación actual? Realmente no estoy tan lejos como creía, tengo la licenciatura y un master; además mi master es un punto a favor para que me contraten. Tengo experiencia y ahora mismo no tengo muchos gastos por lo que puedo estar un tiempo formándome y puedo vivir de lo ahorrado, objetivamente no tengo por que coger el primer trabajo que me ofrezcan”.

“¿Qué puedo hacer para lograrlo? En primer lugar mi ingles no es muy bueno y se que ahí necesitaré un nivel mejor; por lo tanto… ¿Cómo puedo aprender ingles? Realmente tampoco conozco muchas personas de esa empresa; ¿Cómo podré hacer para darme a conocer? Necesito ser más conocido en el mundillo; ¿Por qué no renuevo mi blog? ¿Qué puedo hacer para que este sea un blog de referencia? Debería cambiar mi curriculum; se que aun no es lo bastante bueno y si les envío el actual mis posibilidades de entrar serán menores. Voy a hacer una tormenta de ideas sobre que hacer en estos meses de cara a adecuarme al trabajo. Otras veces le he “echado cara” y me ha funcionado; se que cara a cara soy muy bueno”.

“¿Qué voy a hacer hoy para llegar a ese trabajo? Antes creía que no podía hacer nada… y si que puedo. Hoy mismo voy a bajarme unas series en ingles para mejorar el oído. También hoy voy a buscar en la red todas las cosas que haya sobre esa empresa. Hoy voy a pedir a mis colegas que me den idas sobre como hacer un curriculum nuevo. Voy a planificar el próximo mes; ¿Qué debo haber conseguido dentro de 30 días?”

“Ha sido gratificante cumplir todo lo propuesto, siento que ya estoy en marcha y  puedo caminar solo; realmente se que estoy más cerca del trabajo; creí que era muy difícil, pero ahora que me he movido lo veo mas cerca.
No voy a seguir el proceso típico de mandar curriculum; si es necesario iré in situ a entregarlo; incluso un par de veces. Creo en mí; se que soy el mejor para ese puesto de trabajo.”

El ejemplo es muy sencillo y sobre situaciones ideales; pero todos podemos hacer autocoaching para encontrar empleo; simplemente fija el objetivo; marca el punto de salida; reinvéntate y pon en marcha la creatividad. Por último ponte en marcha.
Sí lo hacemos, difícilmente nos encontraremos los mismos resultados obtenidos hasta ahora.

Recordaos que si alguien quiere probar un proceso de coaching; regalo la primera sesión. En coaching se obtienen resultados desde la primera. Solo tenéis que poneos en contacto conmigo; podemos hacerla por Skype o presencial.

viernes, 10 de febrero de 2012

Coaching para encontrar empleo 1/2


No conozco la formula mágica para encontrar el trabajo de tu vida. Es más, no conozco ni vuestras vidas, pero quizá pueda ser de ayuda que describa cómo sería utilizar el coaching (con el modelo GROW, de manera teórica) para encontrar trabajo. Desafortunadamente no depende únicamente de nosotros mismos, pero sí tenemos más protagonismo del que creemos para lograrlo. Aquí tenéis una explicación; la demo para el próximo post.


En primer lugar y como factor más importante debes saber cual es ese trabajo por el que quieres poner en marcha el proceso, ese empleo soñado. Debes pasarle un filtro. Ha de ser un reto, que sea factible; realizable, ¿es posible alcanzarlo? ¿Está dentro de tus principios? ¿Lo tienes bien concretado? Entonces vamos a por él.

El primer obstáculo que podemos encontrar es el propio hecho de no tener un trabajo claro que queremos conseguir. Si te es difícil saber lo que quieres, ve concretando y empieza por lo que no quieres hasta encontrar lo que deseas. Si no tienes esa ocupación ideal en tu mente, más difícil será encontrarla, puesto que tu energía se diluye en multitud de opciones. Es más sencillo tener una meta con un margen que abarcar todas con una preferida.

Pasemos a la realidad. Esta es importante que no la veamos como un “no tengo idiomas, experiencia o tal titulación…” eso lo dejamos para las opciones. La realidad siempre positiva: “tengo esta formación, esta experiencia, conseguí trabajar aquí…” La realidad es simplemente ver lo que hemos hecho hasta ahora y lo que nos falta para conseguir ese trabajo, ¡el trabajo! Seguro que has hecho más de lo que crees y te falta menos de lo que te imaginas para lograrlo.

Opciones: Enciende tu creatividad al servicio de tus “carencias” de la realidad. ¿Cómo puedo conseguir esa experiencia, ese idioma, esa formación? Crea, piensa de otra manera, haz una tormenta de nuevas ideas, siempre con referencia a ese empleo soñado. Dale la vuelta a todo, piensa en tus puntos fuertes y poténcialos. ¿Qué te ha dado buenos resultado en otras ocasiones? Incluso puedes buscar la catarsis ¿Qué tengo que hacer para no encontrar el trabajo? ¿Qué hacen otros para no encontrarlo? Quizá tu respuesta sea un no hacer nada o hacer lo que he hecho hasta ahora. No te preocupes ya has localizado donde esta el problema.

Piensa en quién y de qué forma puede ayudarte; en definitiva reinvéntate. La actualización de tu aplicación de búsqueda de trabajo seguro que te acercará más al ansiado empleo. Siempre hay una opción más.

Ahora viene lo realmente duro: ponerse en marcha. Hay que ejecutar las opciones, salirse de esa zona cómoda, hay que ir a buscar esas no contestaciones o esos ya te llamaremos pero… ¿quién sabe si en una de esas está el ansiado contrato?

Márcate unas tareas que hacer para un día, una semana, un mes… Escríbelas, dí cuando las vas a hacer, dónde, cómo… y el compromiso que pones en realizar cada una de ellas, del 1 al 10. Nunca aceptaremos menos de 8; si es menor significa que no lo vamos a cumplir. Sé realista, anímate con los pequeños objetivos que cumples. No te desanimes con lo negativo que aparecerá. Recordemos a Edison y su bombilla: estoy un poco más cerca de lograrlo.

Puedes hacerte un pequeño planteamiento a modo GROW todas las semanas, dividir en pequeñas metas a conseguir en ese periodo mirando la realidad, opciones y plan de acción semanal, incluso uno diario.

Vamos a coger nuestro propio hábito de búsqueda de trabajo, lo vamos a hacer parte de nuestra rutina y sólo lo vamos a abandonar cuando tengamos ese maravilloso empleo. Lo vamos a dejar en el desván y volveremos a sacarlo si ese trabajo no nos hace sentir plenos; vamos a reinventarnos para seguir creciendo.

TIPS
  • Siempre hay algo más que puedes hacer; tenemos n+1 opciones.
  • Si lo que estas haciendo ya no te funciona; cámbialo.
  • Cómete una porción del proceso cada día. Si la buscas, todos los días hay una oportunidad para ti.
  • No dejes de hacerlo porque pienses que la respuesta va a ser negativa. Hazlo si hay una mínima posibilidad de que te digan que sí.