lunes, 29 de octubre de 2012

¡Qué casualidad!



¿Recuerdas la última vez que sufriste una casualidad? ¿Qué sucedió? ¿Fue bueno o malo? ¿Puedes recordar 4 o 5 importantes en tú vida?

Sí me pongo a revisar las mías, a meditar sobre esas causalidades que el  destino me ha deparado, me doy cuenta que hay menos casualidad y más causalidad, menos azar y más acción. Generamos unas circunstancias que son las que nos llevas a las acciones y éstas a los resultados, que hay quien los llama casualidades. Voy a ir paso más allá:

María trabaja duro por lo tanto ha generado la circunstancia de disponer de mucho  dinero. Las circunstancias de trabajar duro hacen que quiera desconectar de su rutina diaria. Ambas (dinero y necesidad de desconectar) hacen de María una gran aficionada a viajar a sitios exclusivos. En uno de esos viajes María coincide con una persona con las mismas inquietudes y condiciones que ella pero de un país lejano al suyo. Las dos  ponen en marcha un proyecto que gracias entre otros a sus contactos, experiencia y minucioso trabajo al cabo de unos años se convierte en referencia internacional del sector.

Hay quien pude ver que por casualidad una persona tiene éxito, hay quien observa que hace esa persona para eliminar el factor suerte, también hay quien puede decir que por casualidad no les ha pasado algo malo... ¡Qué complejos son los pesimistas!

Pablo Picasso.
Dijo Pablo Picasso, que la inspiración existe, pero que te tiene que encontrar trabajando. Seguro que a él, la inspiración le llego por casualidad,  también por ésta viajó a París, que conoció a todos los genios con los que se relacionó  y que también sucedió ese movimiento artístico  en la época, lugar y sociedad en la que vivió ¡Todo fue una casualidad sin más! Por eso se convirtió en una gran referencia de la pintura. El no fue el único que vivió todas esas circunstancias pero sí el único que supo trabajar dichas circunstancias creadas, por ese poquito más que puso diferente a los otros es inmortal... ¡Qué casualidad!

Quédate en casa sin más a ver las circunstancias se crean… o sal fuera y no analices, no actúes, no tengas la capacidad de reconocer tus errores y fracasos y nunca evoluciones, a ver cuanta buena y mala suerte tienes y es que cuanto más peso damos a la casualidad menos nos lo damos a nosotros mismos.

Los coachs creemos poco en las casualidades, para mi el Coaching es una tratamiento preventivo de las malas casualidades así como de la mala suerte.

Te invito a que pienses de nuevo en las casualidades qué has recordado al comenzar la lectura de éste post, invierte un par de minutos en viajar más atrás del propio acontecimiento y atrévete a razonar de forma objetiva el papel qué jugaste. ¿Sigue siendo tanta la casualidad? ¿Pudo llegar a ser una casualidad mala en vez de buena o viceversa?

Para terminar, una breve definición que la denomina como un acontecimiento fortuito, es decir, que no se espera y lo que no se espera puede ser bueno o malo... Trabaja para lo  que no esperas que suceda sea siempre bueno.

martes, 16 de octubre de 2012

Esa persona que tanto esta sufriendo debe saber que...


¿Ha ganado o ha perdido? Siempre con el maldito corto plazo con el que mide todo.

Suspender química y tener que repetir segundo de bachillerato, aburrirte en una fiesta, fracturarte la clavícula, tener que cambiar de casa, perder el trabajo, que tu pareja te abandone... ¡Qué tragedia! ¡qué drama! pero que bueno que ocurrió, que bueno que sucedió en ese instante, en ese lugar y con aquello o aquella persona, que bueno que le sucedió, porque pobrecito si no hubiese ocurrido.

¿Es su vida tan desastrosa? ¿Sería mejor si nada de lo "malo" le hubiese ocurrido...? Reflexionemos sobre ésto y a ver a que conclusión llegamos...

Demos gracias a todas esas personas que ayudaron a que sucediese todo lo "malo" porque sin ello difícilmente sería tan maravillosa. Lo Se, hay excepciones, la muerte es quizá el ejemplo más claro, pero mirando la vida como ausencia de muerte que realmente es donde pasamos más tiempo, bendita ausencia de muerte que tuvieron aquellas personas y bendita carencia de muerte que tiene el legado que dejaron en nosotros; bendita la muerte porque sin ella no habría vida.

Nuestra existencia es tan mala... no nos ocurre nada bueno, solo lo desagradable... No quiero que me diga lo malo que le ha sucedido si no lo que no hizo cuando todo era "Perfecto". Ha hecho nuevos amigos, nuevas parejas, trabajos, negocios... y su salud vuelves a ser buena, sabemos que lo ha logrado porque un día se dio lo que en su día pensó que era el fin.


Que se pregunte por qué le ha pasado, que se lamente hoy y solo hoy de lo que ha perdido... Respóndeme que es lo que quieres ganar con lo que hoy ha puesto lágrimas en tus peciosos ojos.

martes, 9 de octubre de 2012

A veces lo bueno es enemigo de lo mejor.



La primera camiseta que vemos en rebajas, el hotel que tiene descuento, el chico interesante que se acerca... a veces lo bueno, que sin duda lo es, resulta enemigo de lo mejor pero... ¿qué es lo mejor?


Podemos cambiar la camiseta o comprar las dos, tampoco importa mucho el hotel si el lugar y compañía es buena... pero imagina esta situación: continuar con tu trabajo o aceptar un reto que viene de fuera.

Lo malo lo convertimos en bueno por la comodidad y ausencia de incertidumbre, lo mismo que la incomodidad e incertidumbre hace malas, lejanas e inaccesibles tantas y tantas buenas oportunidades.

Voy a mirar lo mismo desde otro lugar: lo mejor puede que suceda si no ocurre lo bueno. Cuando las cosas nos vienen sin haberlo elegido, pues que sea lo que Dios quiera, pero si somos nosotr@s mism@s los responsables de decidir qué camino si y cuál no, el asunto se complica. ¿Cuándo?, ¿qué?, ¿hasta cuándo...? Son tantas y tantas preguntas con las que nos ahogamos en ese mar de incertidumbre.

Estoy seguro que cuanta más concreto sea lo ideal para ti, lo mejor es sólo una llave que te leva a este ideal y lo bueno no es un enemigo de lo mejor, si no la forma de conseguirlo; hasta lo malo tiene un bonito nombre: Oportunidad.
Sin abandonar lo ideal... ¿Qué es eso de lo ideal?, ¿hay algo más emocionante, excitante, valioso e ideal propiamente dicho... que disfrutar cada día de lo que te gusta? Ese ideal no es tangible, no tiene nombre, cifras, ubicación, ni fecha... Si tu ideal no es una meta en si misma, si no un bonito camino que recorrer, lo bueno y lo mejor tendrán una relación de respeto y crecimiento; paciente pero no conformista y sabiendo que la cuerda con la que hoy nos atamos, mañana puede que sea la que nos estrangule.