domingo, 6 de diciembre de 2015

¿Cómo se prepara un psicólogo para un triatlón?

Esta es la entrada para el mes de Diciembre para la revista Sport Training. Escribo sobre mi experiencia personal. www.sportraining.es
Hay mucho escrito sobre cómo realizar una puesta a punto del cuerpo para que llegue en condiciones óptimas para un triatlón. Es evidente que cuanto más preparado esté tu físico, mayor es el potencial de tener un buen rendimiento durante la prueba, pero para ello hay que invertir muchas horas y esfuerzo, algo diferente a lo que ocurre con la preparación mental.
Al mismo tiempo que comencé con el triatlón empecé a estudiar psicología. Durante este camino he ido aplicando lo aprendido, experimentado conmigo mismo, analizado, observando, leyendo… y con todo ello he sido capaz de optimizar mi mente para correr triatlones.


El 29 de noviembre competí por primera vez esta temporada, y en esta ocasión como novedad lo hice en grupos de edad. Mi entrenamiento ha sido caótico durante todo el año, haciendo lo que me apetecía cuando me apetecía. Natación casi nula, cambio a una bici de contrarreloj, y poca calidad y cantidad en carrera a pie. Llegaba a la prueba tras una semana en la que había dormido de media 5 horas y me encontraba exhausto. Más que nunca tenía que encomendarme al “poder” de la mente para sacar todo lo que tenía y el resultado fue gratamente sorprendente. 
La experiencia me dice que cuando soy capaz de crear una buena actitud durante las 24 horas previas a la competición y el “momento” horas antes de la salida, consigo mejores resultados. Como ejemplo el campeonato de España élite de triatlón en Vigo 2011 y ésta última prueba. En ambas citas obtuve buenos resultados sintiendo mi físico débil pero pletórico psíquicamente.
Estos son mis rituales para crear la mejor actitud y “el momento”. No requiere invertir esfuerzo ni dinero y apenas tiempo:
Durante la semana, especialmente el día de antes de la prueba:
Visualizar la carrera.
Visualizarme compitiendo realmente fuerte.
Trabajar un buen estado de ánimo.
Mandándome mensajes positivos.
Buscando lo positivo de la vida, recordando grandes experiencias y como vencí las dificultades.
Sintiéndome afortunado de poder competir triatlones, rememorando mis comienzos.
Recordando mis grandes momentos en el triatlón y en el deporte en general.
Jugando a sentirme una súper estrella del triatlón.
Pensando en motivos por los que la carrera va a salir bien.
Realizar una serie muy rápida para ganar confianza.
Escuchar la música que me gusta, hablar con las personas que me resultan más agradables, vivir alguna experiencia que me apasione.
Sentir la emoción de preparar el material de competición. Ruedas, zapatillas, aligerar la bici.
En definitiva, buscar estar contento, animado.
Durante las 3 horas previas a la prueba (aquí en Australia todas las competiciones suelen empezar sobre las 8-9 de la mañana):
Me despierto y voy a trotar, hago unos ejercicios de movilidad y sprints escuchando la música que anteriormente ha sonado en mis mejores entrenamientos. Suelen ser sesiones del “Tomorrowland”, ¡mi cuerpo y mente se encienden!
Mientras desayuno veo videos; las emociones positivas se disparan.
Este es mi repertorio:
“Los mejores momentos del Real Madrid: el gol de Sergio Ramos y el de Zidane en las finales de la Champions”.
“El gol de Iniesta en la final del mundial”.
“Grandes momentos del ciclismo”.
“Los mejores sprints de Javier Gómez Noya”.
“Este último es realmente raro, pero suelo ver como los jugadores de rugby cantan los himnos nacionales antes de los partidos”.
Sigo escuchando música mientras preparo todo y de camino a la prueba, esta vez las canciones que más me gustan, que me traen grandes recuerdos. Juego a sentirme un súper triatleta, una mezcla entre Frodeno y Javier Gómez. Se me escapa un ¡vamos vamos! en voz alta. ¡Mi moral se sube a las nubes!
Invierto 5 minutos frente a la línea de salida, simplemente imaginándome compitiendo pletórico para focalizarme en la carrera.
Bromeo con rivales, compañeros, mis atletas… para rebajar el estrés que supone competir en un triatlón.
Estiro durante 15 minutos aislado escuchando música, recordando buenos momentos, simplemente sintiendo mi cuerpo pidiendo acción. Esto me hace llenarme de confianza.
Durante los últimos instantes antes de la prueba me visualizo durante los instantes inmediatos tras la salida, mirando al frente y diciéndome a mí mismo “vamos vamos vamos”; algo que no cesa durante toda la competición.

Esto es algo personal, son mis propios rituales que siguen evolucionando. Como psicólogo, triatleta y entrenador aconsejo que encontréis vuestro mejor estado de ánimo y que descubráis y creéis el “momento” antes de cualquier competición.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Patosos

Ha llegado el momento, debes asumir que eres un patoso en la forma de interactuar con las mujeres. Creíste que la época dorada sería eterna, que el flow permanecería; olvidaste el cambio de la variable espacio-tiempo.

Eres uno de esos de los que lanzan las mismas redes que en tiempos de abundancia de los que ahora solo recoge compasión. Eres inapropiado en lo que haces, en cuando lo haces y sobre todo con quien lo haces. Ya no es el momento ni la chica apropiada; Su concepto de hombre atractivo ha cambiado, el tuyo no. 


Las que antes buscaban tus miradas ahora ya no contestan a tus intentos torpes de tener una cita. Se terminaron los días en los que sus amigas preguntaban por ti, ahora eres tu el que sigilosa y desesperadamente agregas a las amigas en común.

Hueles las crisis, piensas que “a rio revuelto…” Las rupturas te dan una oportunidad que no tardas en arruinar. Ellas ya no vienen a ti, es más incluso te evitan. Vives de lo que un día fuiste, no te supiste retirar.

Y ahora se te ve…

…Patoso como el chico guapo del instituto que trata de ligar pasados los 18. El “malote” al que las buenas oportunidades y las chicas dan de lado a los 20 pocos.

…Patoso como el niño bonito de la universidad, ese que al borde de los 30 empieza a darse cuenta que busca el compromiso y no lo encuentra, que su encanto se escapa como lo hacen las segundas citas…

…Patoso como el divorciado que antes de comprometerse era un playboy y vuelve al mercado como si nada hubiese pasado. Rozando los 30 era el no va más pero ahora ya tiene casi 50 y se sigue comportando igual. Una caricatura de si mismo con unos cuantos kilos más.

…Patoso como el medio famoso que quiere impresionar a las jovencitas con su prehistórica popularidad, con su dinero malgastado, con un pasado que ya no resulta atractivo ni a las que fueron tus fans…

…Patoso como el que busca una más joven y guapa para tratar de desatar los celos de su ex, la envidia de sus amigos y curar su maltrecho ego. Lastima que solo consigan la vergüenza, la compasión y un pobre y breve auto-engaño… 


Eres poco acertado cuando te relacionas con las mujeres, No has sabido madurar tus habilidades para interactuar, tu estilo no concuerda con tu grupo de edad. Estas fuera de juego porque te quedaste mirándote a ti mismo y no a la realidad.


martes, 17 de noviembre de 2015

Las actitudes del entrenador.

Este es el post para la revista Sport Training de este mes www.sportraining.es
En estos 10 años en el triatlón he tenido grandes entrenadores y asesores que me han ayudado mucho. También he observado a buenos entrenadores trabajar. Y también he escuchado muchas impresiones de atletas sobre sus entrenadores.
He observado que generalmente lo que ha marcado la diferencia entre un buen entrenador y uno excepcional ha sido la manera en la que ha mandado el mensaje; cómo ha sabido conectar con el deportista y de qué modo ha creado una actitud óptima en un atleta. Generalmente no se trata de hacer nada excepcional, sino más bien de dejar de lado ciertas actitudes comunes.
Bajo mi punto de vista los entrenadores no solo tienen que cuidar del físico de sus atletas, sino también conducir su bienestar psicológico para que el pupilo disfrute del proceso y del trabajo con el entrenador. Con ello se asegura no solo la confianza del deportista sino también su fidelidad.
Aquí escribo 7 puntos con las sensaciones que tengo como triatleta, sobre todo con las impresiones que tengo como potencial cliente de un entrenador de triatlón. Personalmente he cometido algunos de estos errores. Creo que los profesionales del entrenamiento deberían tenerlos en cuenta, trabajarlos y aplicarlos para tener una buena sintonía con sus atletas:
1. Situarse como ejemplo. Creo que resulta un error hablar de la propia experiencia más aún si no es preguntado por el atleta. Si el entrenador es consultado sobre su propia experiencia debería ser muy preciso tanto en lo que hizo, cuándo y cómo. El entrenador que se situa como ejemplo está abriendo una gran brecha con su cliente y además hay un gran potencial de que aparezcan los egos y de que la relación se convierta en una batalla entre mi ego de entrenador y deportista vs tu ego de deportista.
2. Dar de más o de menos. Un error muy común que observo y que algunos entrenadores me han comentado es que quizá se habían equivocado al trabajar con una remuneración inferior a la que consideraban justa o incluso gratis. El talento se paga y los usuarios lo saben, si no hay congruencia “precio-servicio” se genera cierto desconcierto en el cliente. La sobre implicación también puede incomodar al cliente. Por otro lado lo entrenadores “estirados”, terminan siendo aborrecidos. Algunos triatletas me han trasmitido su enojo cuando han descubierto que tenían los mismos entrenamientos personalizados que otros compañeros con aptitudes diferentes o con el retraso en los envíos.
3. Contexto. Hay atletas que entrenan porque quieren llenar su tiempo de ocio con una actividad y otros que tienen una meta realmente precisa. Hay clientes que son jubilados sin responsabilidades y gran pasión con lo que hacen, estudiantes que hacen malabares con multitud de compromisos y también solteros reponiéndose de una ruptura. No solo es importante saber el qué, sino también el por qué, el contexto del atleta, algo que muchos entrenadores ignoran y tampoco tienen interés por conocer, es una ventaja que dejan escapar.
4. Gestión de redes sociales. Las redes sociales es la carta de presentación de un entrenador. Muchos entrenadores diluyen sus brillantes aportaciones entre multitud de publicaciones basura y comprometidas opiniones sobre temas de actualidad que tanta polémica generan. ¿Cual es la finalidad del post?
Como atleta no me resulta muy atractivo un entrenador que comparte una foto con una frase de motivación para rellenar sus redes sociales.
5. Transmitir motivación. Quien intenta motivar de forma torpe, con perogrulladas, de forma vaga y genérica, pierde su carisma. La motivación intrínseca es mucho más poderosa que la extrínseca, algo que todo entrenador debe tener presente y quizá motivar más al atleta para el proceso y la actuación y no para el resultado. Trata de ponerte en los pies del triatleta antes de motivarlo.
6. Mal reforzamiento. El reforzamiento como la critica cuanto más precisa sea mejor. No reforzar es un error pero también lo es decir “eres un crack” después de una buena actuación. Un exceso de elogio no es recomendable. Cuando el resultado no es el esperado la mejor opción es escuchar al atleta, realizar un análisis conjunto y valorar el trabajo realizado.
7. “Sabelotodo”. El entrenador que quiere ser experto en nutrición, medicina, psicología, organización de eventos, diseño de bicicletas… termina generando cierto rechazo. Los hay que quieren ser mentores sin haber estado nunca en cámara de llamada. Un “no lo sé” acertado es más conveniente y genera más confianza que una respuesta equivocada. Una opinión puede ser más valorada que una afirmación. Personalmente nunca confiaría en un entrenador que tiene respuesta para todo, que siempre asegura y confirma y nunca opina.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

El sin vivir de vivir sin temor.

Podría empezar a fumar, a beber Coca-Cola, poner azúcar refinada en mi café o  adoptar el hábito de beber a diario. Podría correr ultramaratones o empezar a tener una vida completamente sedentaria; también a comer de esto y no de aquello… pero aun así no creo que estaría arriesgando mi vida tanto como lo hago con las más de 12 horas semanales que paso encima de mis bicicletas. Ni los tiburones ni las serpientes ni la coca cola ni el deporte o ausencia de él, ni tan siquiera fumar me acerca tanto a un trágico final como montar en bicicleta. Lo irónico es que es bueno para mi salud física y mental.

Maldito sensacionalismo que hace de los problemas generales obsesión personal de muchos, malditos medios de comunicación que nos hace tener una opinion de lo que no nos afecta para olvidarnos de lo que nos quema, maldita manera de enseñar la necesidad y no la satisfacción, maldita conciencia de tantas amenazas generales que nos llevan a problemas mentales personales.


Maldito exceso de información que nos hace sentir como unos monstruos si tenemos algunos gustos, estúpidos si adoptamos determinados hábitos, apestados si comemos en restaurantes de comida rápida o algo terminado en “ista” si votas o si decides no hacerlo. Con este exceso de información y leyendo las opiniones de unos y otros, siento que piense lo que piense, haga lo que haga, nunca debo estar satisfecho.

Porque no es un problema si la prensa no lo quiere, porque las amenazas al bienestar psicológico general no generan tanto interés como las epidemias, atentados… El alto número de suicidios no parece un problema tan grande como algo que de forma puntual afecta a una parte minima de la población… ¿Cuántas personas mueren porque no encuentran un motivo para seguir viviendo? Porque nos olvidamos de la salud mental, porque parece que las soluciones están en los estúpidos post de autoayuda sobre puestas de sol que cualquiera comparte en Facebook.

Porque los problemas generales que apenas nos afectan y de los que somos responsables en un 1% son el chivo expiatoria de los personales en los que tenemos un 99% de responsabilidad, porque parece que tenemos que tener la opinión más acertada de cualquier suceso de nuestro entorno pero nunca soluciones acertadas para lo que nos ocurre a nosotros mismos

Porque es imposible vivir sin temor si uno le hace demasiado caso a los medios. Terrorismo, drogas, alimentos, deporte… pero ninguno expone lo nocivo que son las personas tóxicas con las que todos convivimos a diario. Parece que vivir sin temor mata, pero lo cierto es que el miedo no deja vivir, que las malas relaciones nos apagan y sin un destino vivir asfixia 

Porque además de nuestros problemas nos hacen cómplices de otros, porque nos enseñan los peligros con estadísticas y datos alarmantes, porque estamos siendo educados para percibir amenazas y encontrar soluciones solo exponiéndonos a más amenazas. Estamos siendo educados para vivir sumisamente preocupados y no para disfrutar, porque vivir sin preocupaciones parece de ser un temerario.


Creo que deberíamos arriesgar, seguir montando en bici aunque sepamos que hay miles de conductores usando sus teléfonos móviles, debemos disfrutar el café, los helados, el chocolate y la pizza sin sentirnos culpables, podemos dormir 5 horas muchos días sin pensar que vamos a morir o nadar en el mar sin creer que vamos a ser devorados por sus criaturas. Quizá deberíamos pensar en vivir sin tanto temor pero gastando paciencia y cuidado, arriesgando de forma divertida pero no estúpida y también trabajando más en nuestro propio criterio y no en tener una simple opinión de todo.

martes, 27 de octubre de 2015

Tyranny of distance.

La tiranía de la distancia, tan lejano esta lo que quiero de lo que soy, o esa distancia que se pone de por medio para dejar atrás a quien nos persigue, a quien nunca dejaremos atrás. El abismo que hay entre pasado y presente que se convierte en infinito si el futuro se cruza en esa terrorífica visión.

Ese circulo vicioso que no me canso de recorrer, No importa la velocidad a la que me mueva, por mucho que se corra, por mucho que se intente escapar, por muy grande que sea la inercia, el destino es siempre volver a empezar y las preocupaciones vuelven a aparecer. 
La tiranía de la distancia que aun es más dolorosa si camina junto al tiempo, terrible volver a ver los mismos fantasmas más tarde y aun más lejos; triste descubrir que el lento paso del tiempo y la maldita distancia lo curaría todo, ¿quién me engañó con semejante patraña?, ¿quien me dijo que me dejase de preocupar?

¿En qué momento pensé que dejaría de cometer los mismos errores?, ¿qué puedo remediar si soy yo mismo el que me pone la zancadilla a diario? Quizá soy yo la variable que echa al traste todo los buenos propósitos, quizá hay momentos que la peor compañía es uno mismo. Siento que todos los compañeros son solo pasajeros eventuales esperando bajarse en la próxima estación.

No hay trabajo que llene algo más que los bolsillos, que de tregua a esta batalla entre potencial y producción, no hay afición que convierta el esfuerzo en bienestar, no hay experiencia que me haga sentir sin juzgar. Triste es aburrirse de algo, aun lo es más no encontrar con lo que estar motivado o tener un momento de paz. Deber sentirme pleno me hace encontrarme vacío y triste.



Siento que la tranquilidad es solo algo entrañable que observo en los demás, que las preguntas ahogan y las respuestas asfixian. Los años pasan y solo aprecio cambios en los ojos de los demás, las expectativas son una broma en el futuro y el potencial es solo algo que como el tiempo, nadie nos lo ha dado pero duele dejar escapar…

lunes, 5 de octubre de 2015

No les gusta el Triatlón.

Esta es la entrada del mes de Septiembre para la revista Sport Training Sport Training.
5 veces campeón del mundo, plata y diploma Olímpico, campeón del mundo de otras competiciones importantes y un sinfín más de logros… ¿Qué tiene que hacer Javier Gómez Noya para salir más en los telediarios? ¿Qué tiene que lograr este triatleta gallego para que se le dé la repercusión mediática que merece? Nada, no hay nada que esté en su mano, todo es culpa del deporte en el que decidió competir: el triatlón.
Fotografia: www.javiergomeznoya.com
Leo a muchos triatletas indignados por la poca difusión que dan los medios, tanto públicos como privados, a las gestas de nuestra Tri-armada. Se quejan de que nuestros campeones no sean portada. Yo me pregunto… ¿qué se puede esperar de estos medios a los que critican? ¿Son serios o simplemente un nido de quejas? ¿Son creadores de sensacionalismo en busca de opinión manipulada o medios de información rigurosos?
Esos medios a los que reclamamos que coloquen en portada a nuestros ídolos están ideados para los que ven deporte, no para los que lo practican, y el nuestro es un deporte más de practicar que de contemplar. Nuestro deporte es nuevo, desconocido y “aburrido” para el espectador que no lo practica. ¿Cuántos no triatletas, familiares o amigos de triatletas acuden por ejemplo a la Casa de Campo de Madrid a ver una competición? ¿Cuántos aguantan más de 5 minutos la emisión de un triatlón sin ser del “mundillo”? No estamos educados para ver un deporte como el nuestro, no es atractivo para las masas que engordan los diarios deportivos.
Y son estos diarios deportivos, empresas privadas con claro ánimo de lucro, los que apenas muestran a nuestros campeones. La gran masa opina sin conocimiento, pero es tan grande el desconocimiento que tienen sobre el triatlón que ni siquiera hay opción de opinar ni criticar, a no ser que un atleta se vea involucrado en alguna polémica fuera de lo más deportivo, como por ejemplo algún comentario que el propio medio saca de contexto.
Nos gusta, les gusta el triatlón, al pueblo le encanta saber que hay un gallego que gana siempre, sentirse orgulloso por 10 segundos porque su compatriota es un gran campeón, para esperar de nuevo a que dentro de unas semanas o meses vuelva a aparecer Gómez Noya con otra victoria. Pero lo que le interesa a la gente es la noticia polémica donde cree que puede y debe opinar, que tiene que enterarse de lo que está sucediendo en un tema popular para generarse una opinión y poder mostrarla en cualquier reunión, como pasa con el futbol.
No podemos hacer que a todos les guste el triatlón, no podemos hacer que en los corrillos se hable de la bici de Gómez Noya o del último sprint de Mola. Tener a un triatleta en vez de cualquier noticia que suscite opinión hace que el medio deje de ganar dinero, tenemos que entenderlo y es por ello que debemos fomentar nuestros propios medios de comunicación.
De nuevo, éste es un deporte para practicarlo aunque ojalá fuese también atractivo para millones de “hinchas”, que gracias a una gran difusión muchos de nosotros pudiésemos vivir de contratos profesionales, de premios decentes en competiciones o con acuerdos publicitarios dignamente remunerados, pero Javi, Mario, tú y yo sabíamos dónde nos metíamos. Recuerdo a Ceci, mi entrenador en el CTOA, cuando me decía algo así como que el que se metía en esto por los trofeos y el dinero… “lo tenía claro”.
Todos saben lo que están haciendo Javi, Mario, Rubén, etc., pero solo nosotros, los triatletas, lo reconocemos. ¿Cómo de diferente competiríamos triatlón la mayoría de nosotros si el Marca, el As, Telecinco o el Larguero le dedicaron 2-3 minutos diarios al triatlón? ¿No existen medios, realmente de información, que nos mantienen al corriente sobre todo lo que pasa en nuestro triatlón?
De cualquier manera, yo quiero dar la enhorabuena a Javier Gómez Noya, Mario Mola, Rubén Ruzafa y compañía por sus victorias. Gracias a ellos… para los australianos un triatleta español es como para los españoles un surfero australiano.

domingo, 20 de septiembre de 2015

150


Portadas de los diarios el 21-11-11
Todo comenzó el 11-11-11, aunque lo conocisteis el lunes 21 de noviembre de 2011, un día después de que el PP ganara las últimas eleciones generales, ¿ha llovido desde entonces verdad?

Con esta son ya 150 las publicaciones, casi 4 años escribiendo de forma regular e ininterrumpida . 150 de Edlitam coaching, del blog de ideas de Hilario Real, de “Epo for my mind”, del tercer café y otras tantas colaboraciones… La llave, el señor de gafas y lo que vendrá.

En los desaparecidos Colby y La Comercial, también en 2Pockets y Dukes. Desde el patio de mi casa en Campillo de Altobuey o en las playas de Unawatuna, Sri Lanka. En Canazei, el corazón de los Dolomitas, o en casa de un amigo con vistas al Mar del Coral. En el Templo de Debod o junto a la Opera de Sidney.

Soltero y formalmente emparejado; tras romper y al poco tiempo de empezar. Antes de comenzar una discusión o después de una reconciliación.

Portada diario Marca 21-11-11
Enfadado, triste y decepcionado. Contento, excitado y eufórico; nunca indiferente. Salir de la cama y empezar a escribir sobe una idea, aunque también quedarme dormido con el ordenador encima.

Sobre meditación y también reflexionando como no ligar. Enseñando como correr una maratón y también como aprender a olvidar. Las ideas sobre las que nunca he conseguido escribir y también las que surgieron sin más.

Terelu Campos Portada de Interviú
21-11-11
Decenas de musas y “musos” que me han inspirado a escribir; empalizando con quienes sufren los problemas cotidianos que producen dolores extraordinarios.

Comentarios, likes… compartido y también plagiado. Las felicitaciones de mis colegas, el reconocimiento de mis “enemigos” y el apreciado apoyo de extraños.

Anécdotas como la del amigo que me mandó el enlace a una articulo que podia interesarme y resultó ser una de mis publicaciones que una empresa de nutrición había plagiado.

Salir de casa para escribir en una cafeteria es uno de los mejores momentos de la semana, cuando
abro mi portátil y escribo la primera palabra siento el desafío de tener que aprender, porque cuando hago click en publicar me siento menos insignificante y más capaz.

Gracias a los todos aquellos que habéis intimado con este blog.


Hilario Real

sábado, 12 de septiembre de 2015

Huellas

Las huellas mas profundas y duraderas no siempre se quedan tras el paso de las personas más entrañables tras las experiencias soñadas. Las personas que dejan las huellas de dolor no son siempre las más perversas y tampoco las del dolor son las peores huellas. 



Las huellas de la pasión son fáciles de seguir. Las personas que nos suministran tan energéticos momentos dejan sus pisadas en nosotros pero sus huellas son como las que dibujan los animales: Llamativas hasta que aparecen las de otra especia más exótica. 
Hay otras personas que pese a poner su empeño, no pueden dejar ningún rastro en nosotros, bien sea porque somos duros como el cemento o tal vez por ser una superficie tan poco consistente como el agua.
¿Y quienes dejan dolor? El dolor no es una simple huella, el dolor es un surco donde es mas sencillo que caiga y germine la semilla del rencor, un sentimiento difícilmente de arrancar.

¿No somos simplemente la serie de huellas de los que han caminado con nosotros?, ¿No somos la suma de lo que otras personas han traído a nuestra existencia? 
Puedes ver el rastro de la inseguridad en las personas que no han dejado de ser golpeadas, no te extrañes si son más reacias a dejarse llevar.

¿No conoces a nadie que paso por tu vida de forma breve pero intensa? ¿No apareció con tanta dulzura como con amargura se marcho? ¿No permanece su legado pese a que hace años que se fue? ¿No cambió tu forma de verte en el mundo después de aquella aparición?

No quiero que alguien perturbe mi existencia si no es para revolucionarla, no quiero que se marche sin haberle suministrado la dosis necesaria de caos, que se despida dejándola como la encontró. Yo tampoco quiero ser recordado como una seta insípida, como un tipo plano que ninguna legado dejó. Lamento si soy odiado por los que sin querer hice sufrir aunque quizá soy añorado por quienes un día encontraron el acierto al equivocarse o bien acertaron con su equivocación. Prefiero ser el tirano capaz de hacer perder el norte a una plácida existencia, que un alma candida incapaz de crear el desequilibrio en un camino equilibrado.


Y los que dejan huella siempre podrán volver y ser seguidos, siempre quedará la opción de volver a aquellos momentos que se quedaron grabados, quien no lo hiciera nunca tendrá una segunda oportunidad. Recuerda, los que en ti dejaron algo sembrado, volverán a recogerlo y de nuevo, de forma fugaz, se marcharan. 

sábado, 5 de septiembre de 2015

Dejadnos jugar a ser super triatletas.

Este es el post para mi columna mensual en Sport Training magazine. www.sportraining.es

Las fotos de tu reloj GPS después de un buen entrenamiento y también las que te haces montando tu espléndida bicicleta con cara de estar haciendo un esfuerzo inhumano en cualquier triatlón. Selfies con los compañeros de grupeta donde se ve de fondo la señal del puerto coronado. Instantáneas de todo el material conjuntado junto al dorsal con el que vas a competir, la imagen que inmortaliza tu entrada en meta con los brazos en alto y luciendo palmito. Hashtags con el nombre de marcas o pruebas… Todo esto también es parte del triatlón, como también forma parte del arte las famosas “Campbell’s Soup Cans” de Andy Warhol

“Globero, matao, pollo, flipatleta, posturitas…”, muchas cosas he leído por ahí sobre todos nosotros.
La vida puede ser muy aburrida y monótona, esto del triatlón es un juego, no os ofendáis por la manera en lo que lo hacemos, no olvidemos que no deja de ser un hobby para la mayoría de nosotros


Quizá los que empezaron compitiendo con un “bañador Turbo” y un colorido top no lo entiendan, pero somos parte de la evolución. El mundo no es como los 90´, tampoco el triatlón lo es. Todos los deportes han cambiado, echad un vistazo a cómo lo ha hecho el fútbol, el ciclismo… El triatlón, lógica y afortunadamente también ha evolucionado. Podéis criticarnos por nuestras nuevas y extrañas costumbres añorando la mística de los duros comienzos, pero si lo pensáis, dentro de una sociedad de selfies, marcas y apariencias, el nuestro, no es el deporte del “pollo frito” ni de los “mataos”, es más, me atrevería a decir que evoluciona mejor que la mayoría de los deportes y hasta que la propia sociedad.
Dejadnos jugar a ser súper triatletas sin quitarnos mérito, porque la persona que sale de su zona de confort y se aventura a participar en tan grande desafío merece todo el respeto. Los triatletas ya no son “chicos duros” curtidos en deportes de resistencia, ahora también son señoras de 30 y muchos que no hacían deporte desde el instituto. Ya no se trata solo de recorrer más rápido el trayecto a-b-c, el reto también reside en sorprenderse a uno mismo de su propio potencial, de sentirse capaz, de tener un momento de gloria.
No hay que tomarnos muy en serio en cómo lo hacemos, pero sí es cierto que ponemos empeño en nuestra actividad. El que participa por primera vez busca vivir algo nuevo, romper con una vida rutinaria, sentir emociones más fuertes y mantener el equilibrio “quiero-puedo”, aunque llegase el último a meta nadie debería apellidarle “matao”.
¿Qué tiene de malo mostrar con orgullo el trofeo de 3º clasificado en el grupo de edad 20-24 que has logrado en el triatlón de tu pueblo? No te avergüences por ir en busca de un puesto en el podio en un triatlón regional, no es menos campeón el que gana una prueba en la que solo han participado los triatletas de la comarca, no tiene menos valor tu foto agarrando la cinta en el arco de meta. No quitéis mérito al que ha logrado la victoria, porque aún queda peor parado el triatleta que no la ha conseguido.
Jan Frodeno
Dejadnos lucir con orgullo nuestra bici de ensueño o lo último en material, no os burléis de nosotros porque la calidad de nuestro equipamiento esté por encima de nuestros resultados. No nos miréis con desprecio porque queramos sentirnos como nuestros ídolos por unas horas, dejadnos evadirnos con una “droga” mucho más sana, permitidnos sentir orgullo al recordar un pasado asfixiante. Con el triatlón podemos sentirnos auténticos “cracks” un par de veces por temporada.
Y es que nos gusta jugar a ser triatletas porque la brecha entre la experiencia “pro” y la “amateur” es mucho más pequeña, porque no es una osadía que un chico de pueblo sin un pasado como deportista pueda estar en la cámara de llamada con varios campeones del mundo o que una jubilada se vea en idéntico escenario, tomando la misma salida y recorriendo iguales distancias que el mejor de los triatletas. No todos los deportes pueden hacer sentirse a un ciudadano cualquiera un campeón tan solo por cruzar el mismo arco de meta que el vencedor. Dejadnos tener experiencias vitales, dejadnos tener nuestros 15 minutos de fama de los que hablaba Andy Warhol.
Dejadnos jugar a ser súper triatletas y vivir el triatlón a nuestra manera.

viernes, 14 de agosto de 2015

¿Por que sorprendentemente le has dejado de gustar?

Dicen que los rebeldes son los que más les gustan a ellas y quizá algo haya de cierto, o al menos digamos que hay características de los “chicos malos” que parece les resultan generalmente altamente atractivas. En esto del trato con las personas existen pocas generalidades aun así…

…Hay una cualidad que resuelta altamente interesante para las mujeres: La capacidad que un hombre tiene para decir "NO". Porque el que es capaz de decir “NO” con unos argumentos genuinos es mucho más interesante que el que dice “SI” sin ningún criterio. Cuantas menos veces haya escuchado la receptora una negativa, más interesante resulta el emisor de la negación. Quién es capaz de decir “NO”, es alguien que tiene y demuestra criterio y esa esa es una cualidad altamente atractiva también el primer acto fundamental de rebeldía.

Por otro lado tenemos el caso contrario, el hombre que es capaz de decir “SI” también resulta atractivo; por ejemplo el que es capaz de decir “SI” cuando realmente quiere algo y sin esperar nada a cambio, el que mantiene un compromiso o lucha por algo que quiere sin resignarse. Con esto se demuestra seguridad, otra cualidad altamente atractiva. Esta seguridad, de alguna manera es otra característica de un rebelde.

Les gustan más el que es capaz de hacer planes, el que de forma espontánea  puede sacarse una locura de la chistera, el que provoca y es apasionado, el que se sale del guión y es capaz de crear carcajadas con su elegante y genuino sentido del humor. Les atraen los que de la nada les hacen experimentar una situación memorable o los que pueden encender y mantener una conversación con razonamientos abstractas. ¿No es la espontaneidad algo típico de los rebeldes?

James Dean Y Natalie Wood en "Rebelde sin causa"
Les interesan los hombres que tiene Inquietudes, aficiones, preferencias, sueños… Les mantiene el interés los que muestran sus ideales y aficiones sin  resultar presuntuosos; también los que demuestran sensibilidad sin avergonzarse y son capaces de mostrar sus miedos sin complejos ademas de compartir sus penas sin adoptar el papel de víctima. Gusta el que sabe pedir perdón cuando se ha equivocado, gusta porque demuestra personalidad; ¿No es eso otra de las cualidades de los rebeldes?

Respetan a el que sabe hacer (y recibir) una critica sin herir, el que expresa su rechazo si no le gusta el trato que esta recibiendo, el que es capaz de estar sin escribir durante un par de días si reconoce (y ella realmente también) que no es culpable. La firmeza es otra de sus virtudes.

Y gusta el que no lo entrega todo a cambio de nada, el que no siempre escribe o llama, el que les deja siempre con algo de intriga, el que saben que no poseen, el que no deja de ser un reto… ¿No son los rebeldes un tanto difíciles?

También gusta el hombre que es capaz de romper si cree que la relación no funciona o si tiene dudas sobre lo que siente. Gusta el que se atreve a terminar con la relación simplemente porque ya no tiene el mismo interés o tal vez otros diferentes. Gusta el hombre que también es capaz de estar solo… ¿No son los los rebeldes más independientes?


Este no es un post para definirse o aprender a ser rebelde, si no  para los que han dejado de serlo y se preguntan por que las cosas han cambiado encuentren algunas respuestas.

sábado, 8 de agosto de 2015

Kate Lambe.

Aqui esta mi nuevo post para la revista Sport Training;una historia tremenda. www.sportraining.es

Cuando la vida se pone fea, cuando después de lo malo viene algo todavía peor, cuando  parece que hemos perdido por completo el control de nuestras vidas, quizá en ese momento oír la palabra triatlón suena más como un reto que como un simple deporte. La historia de Kate es realmente inspiradora, aun más para los que están sufriendo y sienten algo tan relativo como es el dolor. 
Aquí esta su propio relato camino de la desesperación al éxtasis; una luz y guía para los que están padeciendo algo horrible, como Kate hace poco más de un año. 
Kate momentos antes de terminar el triatlón.
"Siempre he sido una persona bastante activa, pero en octubre del 2013 me diagnosticaron un virus raro que me trajo artritis en todas mis articulaciones durante algunos meses y me dejó con algo conocido como el “síndrome de fatiga post virus”. Esto dejó mis músculos extremadamente débiles; tenía problemas para realizar tareas cotidianas como lavarme el pelo. Fue un gran sock, ya que anteriormente era capaz de hacer dominadas! También me dijeron que tendría que hacer una recuperación completa de la artritis y de este síndrome, me llevo 6 meses hasta que volví a la normalidad.

En mayo del pasado año, Cuando estaba casi lista para volver a hacer ejercicio físico, tuve una mamografía rutinaria, lo que he venido haciendo anualmente. Algo apareció en la mamografía para que mi médico quisiese hacer una biopsia. Cuando me dieron los resultados, me dijeron que tenia un cancer de mama. Tenia 32 años, a si que no lo esperaba. unas horas después estaba en una maquina de resonancia magnética, preguntándome como demonios había llegado ahí,  pensando como le iba a decir aquella noche por teléfono a mis padres, que viven en Dublin, todo aquello. Fue un momento surrealista es difícil explicar lo que sentía. No creo que me sintiera enfadada, solo “acojonada”. Hasta 6 semanas después no tuve la imagen y el pronostico; Transcurrido ese tiempo la doctora pensó que el cancer se había esparcido.  Pensé que iba a morir joven y además la muerte sería llena de dolor y sufrimiento. Este era un concepto extremadamente duro como para que entrase en mi cabeza. Suena como un cliché pero esto puso las cosas en perspectiva. Había tenido una buena vida, había visto mucho mundo, había tenido experiencias increíbles y había conocido gente maravillosa. Recuerdo pensar: “Esto esta más allá de mi control, que pase lo que tenga que pasar y si muero pronto, se que no me arrepiento y que soy amada”.

Me operaron para quitar el tumor de mi pecho y una semana después tuve los resultados patológicos que fueron extremadamente positivos. El cancer no se había extendido y era el tipo de cancer de mama menos agresivo Sentí que me devolvían la vida. Poco después de esto, me dijeron que no tendría que recibir quimioterapia pero tenia que enfrentarme a 6 semanas de radioterapia. Estas fueron las mejores noticias, porque la quimio causa muchos efectos secundarios horribles incluida la infertilidad. 

Al mismo tiempo que estaba yendo a las radioterapia, estaba hablando con un buen amigo que vive en Brisbane y me cont que estaba entrenando para el triathlon de Noosa. Me habló sobre el grupo al que se había unido, sus sesiones de entrenamiento y pensé que era una gran manera de aprovechar el potencial del cuerpo. Entonces me prometí que cuando estuviera sana y en forma de nuevo tomaría parte en un triatlón en Melbourne y lo haría recaudando dinero para la investigación de la lucha contra el cancer.  

El pasado Enero sentí que estaba lista para empezar a hacer ejercicio de nuevo. Me inscribí en un triatlón distancia sprint para el mes de Abril, por lo que solo tenia tres meses para prepararlo. Este era un desafío enorme puesto que había estado inactiva durante más de un año, no me me había movido más deprisa que caminando durante ese tiempo y… tampoco podía nadar! Podia hacerlo a braza, pero nunca había nadado crol en mi vida, aun así estaba decidida a conseguirlo, mi deseo era simplemente terminar la carrera. Me apunte a un programa de 6 semanas de entrenamiento para triatlón, que es donde conocí a Hilario. Lentamente empecé a volver a estar un poco en forma, pero la natación me estaba derrotando. Hice un curso de 8 sesiones , pero seguía sin poder nadar a crol el largo de una piscina de 25 metros. En una ocasión, durante una sesión de entrenamiento, estaba en un extremo de la piscina y el resto del grupo en el otro extremo. Tenia unas lagrimas dentro de mis gafas de nadar, no porque estuviese un largo por detrás, llevaba 5 largos de retraso! Ni siquiera pude terminar esa sesión ya que estaba exhausta. Llegado a ese punto, decidí olvidarme de aprender a nadar a estilo libre, iría directamente a la carrera haciendo braza, espalda, perrito, flotando… cualquier manera que pudiese manejar!

Una semana antes del triatlón Hilario me preguntó como iba mi natación y cuando le dije lo mal que estaba; el me ofreció entrenarme en la piscina. Tuve una sesión con él cuatro días antes de la carrera, pensando que nada cambiaría. Pero durante aquellos 90 minutos, averiguó muchos de mis problemas y me ayudo a solucionarlos. Al final de la sesión estaba nadando 200 metros crol sin parar y cuatro días después, el día de la carrera, nadé 750m crol sin parar en aguas abiertas! No podia creerlo, aquel fue uno de los mejores sentimientos que jamas había tenido. Por supuesto fui la última en salir del agua, pero tenía una gran sonrisa de oreja a oreja. Lo recuerdo estando atenta a todos mis sentidos: La temperatura del agua, el color de las algas y rocas del fondo, el sonido de las burbujas saliendo de mi boca. Estaba viva, estaba sana, estaba usando mi cuerpo para crear aquella increíble experiencia.
Kate justo después de terminar el segmento de natación
Si, iba cansada durante los segmentos de ciclismo y carrera a pie pero nunca sentí dolor. Dolor fue la operación, dolor fueron seis semanas de radiaciones, dolor era el estrés que hacia que se me estuviese cayendo mi pelo. Esto era sinergia, gratitud y una abrumadora sensación de alegría todo en un sentimiento. Cruzar la linea de meta aquel día, con todos mis amigos animándome fue un momento my profundo en mi vida. No solo marcaba el final de la carrera, para mi marcaba el final de mi calvario, como que finalmente había dejado atrás mis miedos. Desde entonces el panorama de mi vida es mucho más positivo y tengo una gran apreciación por mi cuerpo, por la naturaleza de la vida y simplemente por estar viva.

No creo que vaya a inscribirme en un Ironman pronto, pero de 300 contrincantes en mi carrera, batí a 25, la próxima vez espero que batir a 26!" 


Es incalculable la cantidad de golpes que nos llevamos a lo largo de nuestra vida, multitud de ellos sin habernos arriesgado a recibirlos, pero también es incalculable las oportunidades que dejamos escapar por desconocer nuestras aptitudes, por no encontrar la actitud adecuada, la que puede aparecer después de recibir uno de esos terribles golpes.


Kate organizó una campaña para recaudar dinero para NBCF una organización que recauda fondos para la investigación del cancer de mama. Hasta el momento ha conseguido recaudar mas de 8000€, puedes ayudar a que esta siga aumentando en este link:

jueves, 30 de julio de 2015

Comerme mis propias publicaciones.

Lo reconozco, algunas de las entradas de mi blog han sido inspiradas por las publicaciones que he visto en Facebook. Uno de mis amigos escribió hace unos días sobre tener que comerse sus propias palabras, tener que abandonar una idea y no poder guardar unos principios. Le he dado una vuelta de tuerca a su idea y me he atrevido a fusionarla con la costumbre que tenemos de escribir sobre como nos hacen sentir en las relaciones interpersonales.


El hablaba de los sacrificios que tuvo que hacer para seguir adelante con una promesa que se hizo a si mismo y que finalmente se vio forzado a romper. ¿No sería más fácil cambiar de opinión, reconocer nuestros errores y no seguir adelante con esos caminos que no llevan a ninguna parte si no publicásemos nuestras promesas, (también de amor) en Facebook?

Me atrevo a inventar que las estadísticas demuestran que nos equivocamos en la mayoría de las ocasiones  y con el mismo tipo de atrevimiento afirmo que las personas que siguen y defienden una idea tienen complicado darse cuenta de que resulta equivocada, más complicado aun reconocerlo y casi imposible que se bajan de ella; es la propia idea la que finalmente termina tirándoles. 

Como ejemplo de lo que puede comprometernos son los clásicos post que de alguna forma indirecta daban a entender algo así como: “Estoy pilladisim@“, “Si te anuncio mi amor por Facebook te demostrare que te quiero más”, “Quiero mostrar lo mucho que te quiero a todo el mundo”, “jodete”, “Eres un carbón”, “Has sido una guarra”, “Me has roto el corazón”, “Que bien estoy solter@“, “Me has dejado tan herid@ que no puedo conocer a nadie”, “Yo también puedo rehacer mi vida…” Son algunas  de las publicaciones que han dificultado tu libertad de cambiar de opinión. Esos post en los que estabas facilitando la opción de juicio de los demás y que en alguna ocasión te han hecho sentir aun más idiota. 

Las publicaciones con las que has complacido a los orgullosos emisores de los molestos comentarios “Te lo dije” o “Sabía que sucedería” y otros que no se atreven a decir… cuando las cosas no han salido como esperabas. Esos post de los que te has acordado en los momentos delicados y te han hecho pensar dos veces antes de tener que anunciar todo a todos de nuevo. Sería menos complicado si nunca hubieses escrito nada, tendrías más facilidad para mandar a la mierda, pero también para perdonar.

Porque igual la chica a la que has dedicado tu amor en las redes te esta compadeciendo, porque el chico con el que subes tus fotos de amor de verano puede resultar un cabrón en otoño, porque a la persona que criticas sutilmente y que recibes como una bendición el fin de los vuestro,  tiene más posibilidades de volver a tu cama que cualquier otr@ 

Cuantos más pasos das hacia una idea equivocada, cuando más convencido estas de que es la buena, cuando más haces creer a los demás de que estas en lo cierto; más complicado es dar marcha atrás cuando descubres no estarlo. 


Sabes con certeza que tus ideas pueden ser incorrectas, pero no puedes estar seguro de que será la acertada. Cuando crees un camino de ida, asegurare que tienes disponible uno de vuelta, ya que es probable que tengas que regresar y si pusiste piedras, tendrás que agacharte para ir recogiéndolas.

viernes, 10 de julio de 2015

Don Quijotes en el triatlón.

Nueva entrada para sport training www.sportraining.es
El otro día trataba de explicarle a la familia de mi novia australiana la obra de “El Quijote”. Les hablé de Alonso de Quijano, Sancho Panza, las aventuras… y del contexto de obra maestra. El ingenioso hidalgo perdía la cabeza leyendo sobre los grandes caballeros y batallas de la época. El “caballero” trataba de comportarse como tal pero la imitación resultaba grotesca.
Algo me resultaba familiar en todo lo que estaba explicando, me sonaba haber vivido algo parecido recientemente: ¿No hay muchos quijotes en el triatlón?
Pequeños hidalgos que se inspiran en grandes nobles, desean vivir grandes gestas, pretenden montar poderosos corceles, asistir a las grandes batallas, conquistar hermosas doncellas y creen ser respetados caballeros.
Deportistas aficionados que ven vídeos sobre legendarias competiciones y proezas de los triatletas olímpicos, montan bicicletas caras, asisten a los grandes triatlones, conquistan descuentos de patrocinadores y creen ser afamados triatletas.
Porque sucede que uno prueba en esto del triatlón, lo termina y además lo hace el 21º de su grupo edad. En la segunda prueba queda por delante de la mitad de los triatletas y entonces empiezan las dudas sobre si debería comprar otra bicicleta, contratar un entrenador y también a nutrirse de mucha más literatura deportiva. Es el momento en el que cambiamos la foto principal de nuestras redes sociales por una con un neopreno o cruzando el arco de meta.
Y uno empieza a sentirse más fascinado y capaz al mismo tiempo. Busca más videos de triatlón en Youtube y comienza a seguir a los deportistas, franquicias y marcas del mundillo. Tu entorno te empieza a preguntar sobre eso que haces, el deporte ese tan duro que practicas y tú respondes realmente orgulloso explicándolo con distancias y otras frases que aún hacen más épico los retos conseguidos. “¿Y no te secas después de nadar?” “¿Y no terminas cansado?” Son las preguntas más frecuentes que escuchamos. También comentan sobre el gallego que lo hace y han visto en televisión. Tú ya estás bastante sumergido en todo esto, ya has empezado a llevar puestas las camisetas con la palabra triatlón donde además se pueden ver las distancias que componen la prueba.
Y entonces empiezan los objetivos, a sentirnos acomplejados por nuestras bicicletas y querer perder peso. En tu Facebook se ven enlaces a aplicaciones que muestran tus entrenamientos. Los resultados llegan: “Top 10 en mi grupo de edad”, “Le he metido 2 minutos al que me ganaba en la anterior carrera.”
Uno empieza a comprar las marcas caras que solo los compañeros de equipo conocen, a asistir a los training camp y es entonces cuando algunos que no entrenan empiezan a creer que vives un poco obsesionado.
El siguiente paso es cuando compras la bicicleta de precio prohibitivo “porque ya no voy nada con un 105 y sin ruedas de perfil”. Los triatlones olímpicos se te quedan cortos y buscas desafíos de más distancia porque sabes que es muy complicado hacer lo mismo pero más rápido. “¿Estoy preparado ya para la larga distancia?” te preguntas a ti mismo.
Ya no sorprendes a los tuyos con lo que haces, además las expectativas son tan altas que realmente pocas veces terminas satisfecho las carreras.
Llega el salto al medio Ironman con su correspondiente cuenta atrás en Facebook. Tu manera de nutrirte ha cambiado y ya consideras muchos más alimentos como basura. Estás entrenando gran cantidad de horas e invirtiendo menos tiempo en ver a los amigos. Hay más enfados en familia ya que tampoco estás disponible los fines de semana y porque caer rendido en el sofá antes de las 9 de la noche ya es un hábito.
El bidón en los acoples, visera para correr y menos de 5h 30 minutos en el debut en la distancia. Los Ccomentarios como “crack” o “animal” afloran en tu Facebook. Te etiquetan en fotos donde se te ve más profesional que el que ha ganado la prueba.
Finalmente el momento más deseado, el Ironman, que llega con la obligada foto de la bici antes de la carrera; también con tus comentarios sobre tu mal humor porque estas de “tapering” y cómo no, gastándote un dinero considerable en el merchandising oficial de la prueba.
Has terminado un Ironman, tú, que 3 años atrás no hacías nada de deporte. Quien te lo iba a decir a ti, que hasta estabas un poco regordete. Eres un caballero montando una bici carisma, has conquistado una gran batalla y has conseguido un gran descuento de una marca de nutrición y quizá de una tienda de bicis.
Pero aún no es suficiente, quieres ir a Kona, aunque tengas que despertarte a las 5 de la mañana para entrenar, aunque estés lesionado y con anemia la mitad de la temporada. Apenas pasas tiempo de calidad con tu familia. Tu vida social se resume a la salida larga de los fines de semana y gastas más dinero en deporte que en ninguna otra cosa. Sabes que puedes hacer top 5 en tu grupo de edad, puedes clasificarte para el campeonato del mundo, puedes…
Y desde el triatlón se te empieza a ver como un poderoso contrincante de casi 40 años capaz de hacer los 3.8-180-42,2 bastante rápido, que trabaja casi a tiempo completo y que se plantea sacar la licencia de Pro la siguiente temporada, aunque desde fuera del triatlón creen que se te está yendo de las manos.
Lo reconozco, yo he sido un poco Quijote. Sé que lo que es una actividad deportiva se convierte en un hobby después en un estilo de vida y si no se tiene un poco de criterio termina siendo una gran obsesión.