Más que montar en bici en Beach Rd cuando aun no ha amanecido y que un brunch en Fitzroy, más que una tarde de playa en St Kilda beach y que ir de compras a Chapel St. Es mucho más que Cenar pizza en Lygon st y que una noche de fiesta en el CBD, Melbourne es mucho más que todo eso.
En mi ciudad hay muchas personas que cuando descubren que tienes un acento diferente automáticamente piensan que eres corto de entendederas, aunque también hay quien te ve como algo exótico con una acento atractivo. Es cierto que no te discriminan por ser de fuera, pero tampoco van a darte las mismas oportunidades que a un Aussie. Melbourne es ese lugar donde nunca te vas a sentir como un local ni tampoco como un forastero.
Melbourne es el lugar donde ganar el dinero es sencillo pero aun lo es más gastarlo, donde tiene demasiada importancia lo que puedes permitirte, donde te encuentras lo mejor de todo lo material pero hay que buscar demasiado para tener una buena conversación y alguien con un pensamiento abstracto, pero aun así, Melbourne no deja de presentarte personas extraordinariamente interesantes de cualquier rincón del mundo, muchas de ellas de tu propio país.
La Ciudad del Yarra es tu lugar si buscas calidad de vida, ideal si quieres pasar tus días de forma cómoda ganando y gastando dinero y disfrutando de lo aparentemente sencillo. Por otro lado, si tienes una cabeza inquieta, quizá Melbourne no es un lugar del todo cómodo para ti. La cultura parece estar en las tiendas de ropa cara y en las cafeterias donde se sirven exquisitos brunches en el sonido de conversaciones banales entre personas aparentemente sofisticadas. La ciudad tienen muchas galerías y eventos aunque decepciona ver a tanta gente haciéndose selfies y estúpidas fotos para poner en sus redes. Tengo la sensación de que es un lugar un tanto superficial donde importa más aparentar que ser, aunque… ¿No es ésto una tendencia mundial?
Melbourne siempre te lanza algo para dejarte amarrado a ella. Puede llegarte en negro carbono, con unos ojos azules o tal vez con lo que dejaste sembrado en la otra parte del mundo. Melbourne siempre se guarda algo con lo que sorprenderte para que sigas enamorado.
Melbourne es una trampa, a veces. Una descripción muy precisa
ResponderEliminar