A veces son unos segundos, puede ser unos minutos, pero ten
por seguro que en menos de 24 horas ya estarán abordando a su presa. Acechan
esperando cualquier rastro de inseguridad, cualquier defecto, cualquier fallo, para colocarse encima de la victima que ya adquirirá el rol de victima para el
resto de los días. Es así como atacan los tiburones que viven fuera del mar. No
tienen grandes dientes pero si una arrogancia que les crea un halo
ridiculamente extraordinario. Son los depredadores de las relaciones sociales;
esos que tienen que hacer de menos para sentirse mejor, los que hacen interpretar
a los demás el papel del estúpido, esos que nunca se equivocan; hablo de los que
siempre tienen una presa más pequeña con la que guardarse cuando vienen un depredador
más grande.
Estos escualos saben bien como atacarte. Un día fueron presa
de un maestro que les mordió como ellos están mordiendo ahora, por eso tienen
esa facilidad para abordarte, fruto de haber vivido la misma experiencia. Ellos
han tenido y ten por seguro que tienen más debilidades que tú y que yo, que
esconden su inseguridad cubriéndola con una amarga antipatía. Nunca les vas a
oir un lo siento porque seguramente nunca
lo oyeron de sus odiados pero a la vez amados mentores. Ten por seguro que
tarde o temprano fallaran, se equivocarán y meterán la pata pero debes saber
que siempre esquivaran la responsabilidad aun cuando sea totalmente evidente su
culpabilidad.
Dicen que a los tiburones se les “espanta” pegándoles en el
hocico; ¿sabéis como se espantan a éstos? Con una alegre mirada, una bonita
sonrisa, con sentido del humor, de frente y diciéndoles NO; simplemente un no
acompañado de una sonrisa. Cambia los papeles que ha determinado, colócate en
el lugar donde no te pueda ver como una presa; muestra seguridad y concédete un
margen para cometer errores, sabes de sobra que todos los tenemos! No dejes que
ellos te muerdan y abran la brecha por la que quieren ver salir tu inseguridad, además tratarán de aprovecharse de ella.
Por el bien de tu entorno no entres en el juego, no desequilibres la balanza ni te vayas al otro polo en busca de
“pobres victimas”, no adoptes el rol del tirano, ese que un día ellos eligieron
y disfruta de unas relaciones sociales sanas. Hazte respetar pero hazlo
respetando.
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