viernes, 20 de abril de 2012

¿Como entrenar mi cabeza para disfrutar corriendo una maratón?


Muchas veces he oído que para terminar una maratón hay que entrenar mucho el coco, que esta todo en la cabeza... yo discrepo; para correr una maratón el que manda es el músculo, para disfrutar una maratón se utiliza el físico, pero en mayor medida la mente. Creo también que lo "psicológico" es más necesario para entrenarla que para el día de lanzarse a correr esos más de 42 kilómetros. Para ganarla me gustaría saber lo que dice el gran Chema Martinez. 

Chema Martinez ganando la
maratón de Madrid de 2008
Cuando digo como entrenar mi mente para correrla, hablo de terminarla sin andar, sin pararme, independientemente de la marca. También añado que lo escribo desde el punto de vista de una persona que hace deporte habitualmente y va a ser su primera vez en la distancia.

En primer lugar, preguntarte por qué y para qué la corres, ¿qué te motiva a hacerlo? Yo buscaría mil razones para correrla y cuanto más intrínsecas sean mejor. Interioriza todas las emociones que puedas, porque serán estas las que te saquen a correr el día que menos te apetezca.
Es tremendamente importante la visualización. Es fundamental verte cruzando la meta por debajo del tiempo que has fijado, con todas las sensaciones que quieras, ¡busca ese momento en tu mente y disfrútalo! Hazlo incluso en los entrenamientos.
Te invito a que corras por algo que te motive especialmente, por encima de todas las motivaciones y que haga de tu maratón algo especial, íntimo. Puede ser una dedicatoria, una apuesta, un deseo desde pequeño, vencer una circunstancia o como un asunto benéfico, sea lo que sea, que este siempre en tu cabeza, casi de forma obsesiva y que te haga sentirte pleno cuando lo consigas.

Fundamental plantearla con tiempo, si no en vez de disfrutar entrenando, lo que obtendrás es una sensación de que “te ha pillado el toro”, ¡vamos! un poco más de estrés en tu vida. Con esto también ganas margen ante los contratiempos, no dudes que los habrá. Con 9–12 meses de planificación, que no tiene por que ser totalmente especifica para la maratón, pero si debe estar en tu mente por lo menos en ese margen de tiempo.
Calma y paciencia con las lesiones, sobre todo si están lejos del día M. Seguramente ganes con la obligación de parar, yo incluso me daría un día más de recuperación. Es importante para tu cabeza que tus piernas lleguen sin molestias, si no correrás con la “mochila del estrés”.
¿Por qué no buscar el apoyo y complicidad de los tuyos? Competir en una maratón es algo entrañable y cuanta más gente de tu entorno sepa lo importante que es para ti, mayor será el apoyo. Te animo a que la gente de tu entorno sea cómplice de tu hazaña.

Haile Gebresselasie: Atleta de eterna sonrisa.
Respira maratón, busca videos de las grandes citas, de los grandes nombres como: Zatopek, Bikila o Gebresselasie. Pon banda sonora a tu maratón y entrena con música en esos largos rodajes. Inunda tus sentidos de la necesidad de hacer algo grande con la fortaleza cuerpo-mente.

Es difícil entrenarla en compañía, pero es aconsejable entrenar con otras personas. Los ritmos son mayores sin darte cuenta, ya que tu mente se aleja del sufrimiento. Cuando yo preparé mi maratón lo hice entrenando siempre solo, lo cual considero un error. Las mejoras más notables que he tenido han sido entrenando en grupo.

Llegado el día, tu gran día, es importante que aunque puede que haya decenas de miles de personas, te sientas el protagonista del evento, como que ha sido organizado para que tú tengas tu momento de gloria. Siéntete jodidamente grande; sólo un pequeño porcentaje de la población es capaz de vivir esta experiencia vital.
Disfruta con la salida, habla con los corredores en la prueba, aprovecha la sensación de correr por una gran ciudad tomada por unos locos como tú. Si eres capaz de sentirte afortunado de cada zancada que le estás dando a tu maratón, con optimismo y sabiendo con certeza que lo vas a logar, el camino a la meta será un paseo triunfal.
¿Y los famosos muros? Seguramente los tendrás, pero pueden aparecer en cualquier momento no solo en el 35, si bien es cierto que en este kilómetro es más probable ¿Y si los tomas como el dulce sufrimiento que hace más grande la gloria? Ten optimismo, seguro que lo vas a conseguir, en este momento es cuando tienes que recurrir a tu ancla. El bajón físico es pasajero y se olvida en los últimos 195 metros que son de emoción, el orgullo de terminar es eterno.

En el siguiente post que publicaré el domingo, hablaré sobre la experiencia de mí maratón. La corrí el año 2009 en Madrid. 



2 comentarios:

  1. Me encanta el post... solo tú puedes transmitir esa visión tan íntima del sufrimiento unida a la técnica de un deportista de élite (que es lo de menos comparado con tu espíritu)

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  2. Los pelos de punta leyéndolo Hilario. Eres un crack, y es tal cual lo cuentas, enhorabuena.

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