miércoles, 11 de noviembre de 2015

El sin vivir de vivir sin temor.

Podría empezar a fumar, a beber Coca-Cola, poner azúcar refinada en mi café o  adoptar el hábito de beber a diario. Podría correr ultramaratones o empezar a tener una vida completamente sedentaria; también a comer de esto y no de aquello… pero aun así no creo que estaría arriesgando mi vida tanto como lo hago con las más de 12 horas semanales que paso encima de mis bicicletas. Ni los tiburones ni las serpientes ni la coca cola ni el deporte o ausencia de él, ni tan siquiera fumar me acerca tanto a un trágico final como montar en bicicleta. Lo irónico es que es bueno para mi salud física y mental.

Maldito sensacionalismo que hace de los problemas generales obsesión personal de muchos, malditos medios de comunicación que nos hace tener una opinion de lo que no nos afecta para olvidarnos de lo que nos quema, maldita manera de enseñar la necesidad y no la satisfacción, maldita conciencia de tantas amenazas generales que nos llevan a problemas mentales personales.


Maldito exceso de información que nos hace sentir como unos monstruos si tenemos algunos gustos, estúpidos si adoptamos determinados hábitos, apestados si comemos en restaurantes de comida rápida o algo terminado en “ista” si votas o si decides no hacerlo. Con este exceso de información y leyendo las opiniones de unos y otros, siento que piense lo que piense, haga lo que haga, nunca debo estar satisfecho.

Porque no es un problema si la prensa no lo quiere, porque las amenazas al bienestar psicológico general no generan tanto interés como las epidemias, atentados… El alto número de suicidios no parece un problema tan grande como algo que de forma puntual afecta a una parte minima de la población… ¿Cuántas personas mueren porque no encuentran un motivo para seguir viviendo? Porque nos olvidamos de la salud mental, porque parece que las soluciones están en los estúpidos post de autoayuda sobre puestas de sol que cualquiera comparte en Facebook.

Porque los problemas generales que apenas nos afectan y de los que somos responsables en un 1% son el chivo expiatoria de los personales en los que tenemos un 99% de responsabilidad, porque parece que tenemos que tener la opinión más acertada de cualquier suceso de nuestro entorno pero nunca soluciones acertadas para lo que nos ocurre a nosotros mismos

Porque es imposible vivir sin temor si uno le hace demasiado caso a los medios. Terrorismo, drogas, alimentos, deporte… pero ninguno expone lo nocivo que son las personas tóxicas con las que todos convivimos a diario. Parece que vivir sin temor mata, pero lo cierto es que el miedo no deja vivir, que las malas relaciones nos apagan y sin un destino vivir asfixia 

Porque además de nuestros problemas nos hacen cómplices de otros, porque nos enseñan los peligros con estadísticas y datos alarmantes, porque estamos siendo educados para percibir amenazas y encontrar soluciones solo exponiéndonos a más amenazas. Estamos siendo educados para vivir sumisamente preocupados y no para disfrutar, porque vivir sin preocupaciones parece de ser un temerario.


Creo que deberíamos arriesgar, seguir montando en bici aunque sepamos que hay miles de conductores usando sus teléfonos móviles, debemos disfrutar el café, los helados, el chocolate y la pizza sin sentirnos culpables, podemos dormir 5 horas muchos días sin pensar que vamos a morir o nadar en el mar sin creer que vamos a ser devorados por sus criaturas. Quizá deberíamos pensar en vivir sin tanto temor pero gastando paciencia y cuidado, arriesgando de forma divertida pero no estúpida y también trabajando más en nuestro propio criterio y no en tener una simple opinión de todo.

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