Las mujeres que dejan un sabor agridulce son las que nos rompen el corazón de una manera tan noble que poco les podemos reprochar.
Las mujeres que nos dejaron un sabor más dulce que amargo entraron despacio en nuestras vidas; no tenían prisa por que las cosas sucediesen, pero tampoco se quedaron mirándonos pasar. Realmente no hicieron nada especial para conquistarnos, fuimos nosotros los que perdimos el norte, ellas siempre tuvieron los pies en la tierra.
No te has quedado colgado de una de ellas porque te ha dado explosiones de euforia y “amor”, tampoco son de crear los grandes dramas y enfados irracionales que tanto “enganchan”; ellas te han conquistado porque con naturalidad te han mostrado algo excepcional.
Las mujeres con sabor agridulce mantienen su criterio y no dudan en decir no, pero también tienen suficiente confianza como para tomar la iniciativa en cualquier situación; Cuando estás con una siempre te sorprenderá con algo que te dejará pensando en ella. Me gusta esa mística tan seductora que solo ellas tienen, esa “magia” que te mantiene intrigado desde que se despide hasta que vuelve a aparecer.
Sabes que has dado con una cuando sientes que ha marcado un punto de inflexión, cuando te das cuenta de que estas madurando. Ellas te mantienen calmado si vives una vida atormentada y energético si tu existencia en un profundo letargo. Posiblemente no las oigas hablar demasiado de si mismas; casi nunca te contaran sus problemas; ellas son más de compartir las cosas buenas de la vida. Recordarás como te hablaba del presente, que pocas veces lo hacia del pasado y que nunca te comentó nada sobre su futuro.
El sabor amargo llega cuando empiezas a pensar más de lo que actúas, cuando la inseguridad le gana el pulso a tu espontaneidad. El mal trago viene cuando empiezas a ser “patoso”, cuando no encuentras tu “flow” y no dejas de generar momentos de incomodidad. Poco después escucharas palabras como amistad, bonito, cambiar, gracias … y entonces sabrás que va a volver con él, con su antiguo amor, a su tormentosa relación.
Considerate afortunado si te has cruzado en el camino de una mujer de las que dejan un sabor agridulce, no te lamentes si ya no esta junto a ti; lo bonito es que un día apareció, dejo su huella y con con la misma sonrisa que llegó, también se marchó.
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