Las huellas mas profundas y duraderas no siempre se quedan tras el paso de las personas más entrañables tras las experiencias soñadas. Las personas que dejan las huellas de dolor no son siempre las más perversas y tampoco las del dolor son las peores huellas.
Las huellas de la pasión son fáciles de seguir. Las personas que nos suministran tan energéticos momentos dejan sus pisadas en nosotros pero sus huellas son como las que dibujan los animales: Llamativas hasta que aparecen las de otra especia más exótica.
Hay otras personas que pese a poner su empeño, no pueden dejar ningún rastro en nosotros, bien sea porque somos duros como el cemento o tal vez por ser una superficie tan poco consistente como el agua.
¿Y quienes dejan dolor? El dolor no es una simple huella, el dolor es un surco donde es mas sencillo que caiga y germine la semilla del rencor, un sentimiento difícilmente de arrancar.
¿No somos simplemente la serie de huellas de los que han caminado con nosotros?, ¿No somos la suma de lo que otras personas han traído a nuestra existencia?
Puedes ver el rastro de la inseguridad en las personas que no han dejado de ser golpeadas, no te extrañes si son más reacias a dejarse llevar.
¿No conoces a nadie que paso por tu vida de forma breve pero intensa? ¿No apareció con tanta dulzura como con amargura se marcho? ¿No permanece su legado pese a que hace años que se fue? ¿No cambió tu forma de verte en el mundo después de aquella aparición?
No quiero que alguien perturbe mi existencia si no es para revolucionarla, no quiero que se marche sin haberle suministrado la dosis necesaria de caos, que se despida dejándola como la encontró. Yo tampoco quiero ser recordado como una seta insípida, como un tipo plano que ninguna legado dejó. Lamento si soy odiado por los que sin querer hice sufrir aunque quizá soy añorado por quienes un día encontraron el acierto al equivocarse o bien acertaron con su equivocación. Prefiero ser el tirano capaz de hacer perder el norte a una plácida existencia, que un alma candida incapaz de crear el desequilibrio en un camino equilibrado.
Y los que dejan huella siempre podrán volver y ser seguidos, siempre quedará la opción de volver a aquellos momentos que se quedaron grabados, quien no lo hiciera nunca tendrá una segunda oportunidad. Recuerda, los que en ti dejaron algo sembrado, volverán a recogerlo y de nuevo, de forma fugaz, se marcharan.
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