En más de una ocasión tuve que escuchar aquello de “Pues si
estos son los que nos van a pagar las pensiones…”
Señores y señoras que dudan de las aptitudes y critican las
actitudes de sus jóvenes ¿Creen que pueden estar orgullosos del legado que los
suyos nos están dejando? ¿Qué se imaginan que piensan los que hoy estudian en
colegios e institutos de generación responsable situación que van a heredar?
Pues serán esos adolescentes que no han memorizado los nombres de
todos los ríos, esos que hacen botellón, los que viajan por el mundo con una
mochila y hablan varios idiomas, jóvenes que trabajan por una remuneración
indigna; serán esos que están todo el día con el móvil, los de los tatuajes,
esos que tienen inquietudes diferentes a casa coche y tele grande, aquellos que
están preocupados por esa tasa de desempleo juvenil que están sufriendo los que
van a cubrir sus pensiones y pagar las deudas que ustedes han creado; serán los
que den crédito a una sociedad que vuestra generación ha devaluado a base de corrupción,
engaños y malas artes. Son los que ustedes creen incompetentes, cansados tan
poca eficiencia, remonten la delicada situación. Realmente lo tienen fácil, ¿acaso
lo pueden hacer peor que aquellos que han creado esta triste realidad?
¿Cómo lo van a hacer? Trabajando duro y eficientemente, de forma
más honesta y con ideas novedosas y universales. Ya no hace falta marcharse
para saber lo que ocurre fuera y lo que no esta sucediendo dentro y estamos
abrumados de las acciones que habéis tratado de normalizar, de esa forma de
hacer las cosas, de esa “picaresca” tan vieja y casposa que de nada sirve al
otro lado de los pirineos. Estamos cansados del criticar sin aportar, de esa
incompetencia camuflada en la expresión “No se puede” Los brotes verdes han
llegado y no en forma de Euros si no como jóvenes capaces de pagar vuestras
pensiones y también de cambiar la historia que vosotros habéis estado
escribiendo con números rojos.
Leí una vez que si no
traes soluciones eres parte del problema. Ya que ustedes no dejan de darnos
problemas, déjenos al menos empezar a traer las soluciones.
¡No se puede llevar más razón! Yo me niego a resignarme a aguantar las malas artes que se están empleando en Hispanistán por parte de los casposos poderes políticos y económicos de nuestro país, a los cuáles que sólo les interesa sus cortoplacistas intereses particulares. Estoy seguro que el talento y el ingenio de toda la generación que hay de mi edad para abajo nos sacará de esta y evidenciará la mentira de toda esa caspa que ha maquinado esta pesadilla. Lo que no tengo tan claro es que estos años, perdidos de atrás, no nos afecten a nuestras pensiones...
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