miércoles, 4 de julio de 2012

Optimismo y Coaching.


No imagino un proceso de coaching sin que coach y coachee tengan una actitud optimista. Si alguno de vosotr@s esta pensando en realizarlo, en primer lugar debe preguntarse si es optimista. Si no lo es, que piense si puede llegar a serlo. Si su pesimismo ahoga cualquier idea, tiene una labor extra: empezar a trabajar su optimismo.


Optimismo Vs. pesimismo… Como he oído en un par de conferencias de Alex Rovira, el requisito más importante que demanda la NASA para poder ser astronauta es tener una actitud optimista.
El optimismo nos lleva a la acción, el pesimismo es genial para no hacer nada. El coaching es atrevimiento, es hacer diferente para obtener resultados extraordinarios, es crecimiento… si pensamos que todo va a salir mal… ¿Qué acción vamos a desempeñar? ¿Cuáles van a ser esos magníficos resultados? ¿Qué metas extraordinarias vamos a buscar? ¿Cuáles vamos a encontrar si partimos del pesimismo más radical?

Buscar y aceptar un desafío requiere una actitud positiva. No me imagino a los jugadores de la selección Española hace poco más de 4 años asumiendo que iban a caer siempre en cuartos… Las barreras están para romperlas.

Analizando con optimismo nos entregamos a nuestras virtudes y no nos atrincheraremos  en nuestras carencias. Partiendo de una visión positiva estamos más cerca del éxito que si lo hacemos de una visión catastrofista; con éste pensamiento tenemos una percepción poco objetiva de la situación; tristemente más negativa de lo que realmente es.

Cuando llegamos al momento de analizar las diferentes opciones (lo que se puede hacer diferente para obtener resultados grandiosos que no se están encontrando), el pesimista va en la dirección de: “No puedo hacerlo, no se hacerlo, saldrá mal…” Los optimistas imaginan circunstancias que posibilitan las acciones que llevan al objetivo. Realmente es importante poder imaginarlo para poder lograrlo. Para lograr primero debemos creer y un pesimista no hace porque no cree... Estoy casi seguro que el gran Leonardo Da Vinci no era pesimista.

Planes de acción: Anticipar fracasos invita a no salir de la zona segura que poco a poco se va haciendo más pequeña hasta casi ahogarnos. Salir es fundamental. No podemos estar en ese pequeño espacio siendo más grandes. En coaching es fundamental identificar cual es esa zona de confort y salir de ella. El optimismo es la chispa que dinamita las barreras. Actuar es la clave del crecimiento, del logro. El optimista siempre encontrara razones para ponerse en marcha.

Un ejemplo es el penalti de Sergio Ramos en la Eurocopa. Es cierto que falló con el Real Madrid y podría haberse cubierto de pensamientos anticipatorios negativos, pero su optimismo le llevo a tirarlo… A LO PANENKA! Cada cual que saque sus conclusiones. Todos hemos cometido errores; son nuestros penaltis fallados. Hay 3 tipos de personas: Los que no vuelven a lanzar un penalti, los que están pensando eternamente si tirarlo o no y los que lo lanzan.

Sergio Ramos
Coaching es acción y para pasar a la acción es fundamental una actitud positiva. Afortunadamente el coaching tiene el compromiso de sacar tu versión optimista.

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