miércoles, 18 de enero de 2012

Es el momento de pasar a la acción.


No se me ocurre comenzar este post con otra frase que no sea esta: “la acción más pequeña vale más que la intención más grande”

Proyectos, propósitos, deseos… ¿A qué nos lleva almacenar fantasías en nuestra cabeza que nunca verán la luz?

¿Las ideas de Thomas A. Edison y tantos otros genios criaron telarañas en sus inquietos cerebros? O ¿quizá fueron genios porque se atrevieron a desempolvar las ideas de sus cabezas y llevarlas también a otros sitios más útiles, como por ejemplo sus manos?

¿Y si sacas esa idea, ese sentimiento, ese proyecto que tienes hoy en tu cabeza cubierto de polvo y empiezas a jugar?

Cuántas citas se quedaron en tardes de soledad, cuantos besos en suspiros y cuantos abrazos no fueron más que brazos derrotados… ¿Por qué? Porque un día o quizá dos no quisimos salir de nuestra zona segura; de jugar con la incertidumbre. Sí: pudimos perder y no perdimos; pero ¿ganamos?

Y al hilo de esto se me ocurre una cita de Tamaro: “sólo el dolor hace crecer, pero al dolor hay que enfrentarlo directamente; quien se escabulle o se compadece está destinado a perder”.

La conclusión es que si las cosas salen mal, siempre ganamos en aprendizaje, como respondió el anteriormente citado T. A. Edison a la pregunta de un periodista de cómo siguió intentándolo después de casi mil fracasos de hacer funciona su bombilla. “No fracasé; sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”. Si Edison solo hubiese imaginado cómo se hace una bombilla ninguno lo habríamos estudiado en el colegio; el pasó a la acción y lo consiguió, consiguió que su bombilla se encendiese y por ello es eterno.

Cuantos curriculum sin entregar, cuantas miradas sin llegar a más, cuantas palabras sin escribir… si pasamos a la acción multiplicamos las posibilidades de tener buena suerte, tenemos mayor potencial de casualidad y en definitiva de que las cosas soñadas ocurran. Somos nosotros mismos los potenciadores de nuestros fracasos y los saboteadores de nuestros sueños.
Te invito a que te comprometas a hacer, a que descubras que las acciones son resultados, a que sientas la rareza de no haberlo hecho antes, y más aún a que sientas el orgullo de haberlo conseguido.
Pasa a la acción y deja de esperar que las cosas surjan; la mejor oportunidad de hacer algo grande fue ayer, hoy no es tarde y mañana… mañana puede que sea demasiado tarde para hacer algo realmente grande.

1 comentario:

  1. "Mañana ya es hoy" Gracias por este post tan interesante!!!!!

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