En esta entrada voy a
escribir sobre los 6 sombreros de pensar del Dr. Edward De Bono.
Edward De Bono Nació
en Malta en 1933.y es un escritor, psicólogo, y el creador del pensamiento
lateral. Ha publicado multitud de obras y un amplio reconocimiento como la
mayor referencia en el mundo del pensamiento creativo.
De Bono ingenió los 6
sombreros para pensar como una herramienta de toma de decisiones en los grupos
de dirección de empresa. Yo me voy atrever a llevarlo a entornos más
cotidianos, para la toma de decisiones en grupos formales, informales, parejas
y por qué no, a toma de decisiones
intrapersonales, es decir para la toma de decisiones de uno mismo.
Seis sombreros para
pensar, o lo que es lo mismo 6 formas de pensar diferente sobre lo mismo, 6
formas de enfocar el pensamiento de forma alternativa sobre un aspecto con el
único fin de llegar a la mejor opción: exista ya, sea nueva o una adaptación.
Ponernos el sombrero
implica pensar con las pautas del que llevamos puesto. No se trata de defender
nuestra idea. Tampoco se trata, si es nuestra propia decisión, de
autoconvencernos destruyendo las demás opciones. En definitiva es interpretar
diferentes papeles en la función del pensamiento.
Con el sombrero
tenemos que atrevernos a decir lo que sin él no diríamos, a interpretar al
loco, al genio, al payaso, al héroe o al villano; que sean los personajes los
que hablen y no nosotros.
Antes de ponernos
cualquier sombrero debemos acordar que todos nos vamos a poner ese sombrero
aunque no sea el que mejor nos siente. Es más importante pensar con un sombrero
que no nos gusta que con nuestro preferido. Vamos a dar vacaciones a nuestro
ego. Es importante estar en sincronía de sombreros, todos tenemos que llevar el
mismo puesto en cada momento. Seamos generosos, una idea puede llevar a otra
mejor. Colaboremos construyendo opciones no dinamitándolas.
El sombrero blanco es para pensar en los hechos
objetivos, en cifras. Es un pensamiento neutral, sin interpretaciones, se ciñe
a la realidad objetiva. Se deben trabajar con datos verificados y sin
posibilidad de dobles interpretaciones. El sombrero blanco es para pensar como
un ordenador.
El sombrero rojo es el de las emociones. Aquí entran
en juego los sentimientos y la intuición, cabe el “me siento así con este
asunto”. Legitimamos las emociones como
parte del pensamiento y del mapa. Los sentimientos no tienen por qué estar
dentro de una lógica ni justificados. Con el rojo pensamos según el estado de
ánimo que el asunto nos despierta.
Con el sombrero negro abordamos el asunto desde una
perspectiva triste y pesimista ¿Por qué no va a funcionar? Razonamos con el
sesgo negativo potenciado por los riesgos y el peligro. Con el negro se puede
decir “esto no funcionó en el pasado”.
Hay que diferenciarlo de los sentimientos negativos, que serían asunto
del sombrero rojo. Es obligatorio usarlo antes que el amarillo.
Sombrero amarillo como el positivo y alegre. Todos
tenemos que pesar con optimismo cuando nos lo pongamos, aun cuando realmente no
lo seamos. ¿Qué tienen de positivo? ¿Qué puede tener? Es la ocasión para ver el
vaso medio lleno. Se trata de un optimismo bien fundado, pero sin limitarse a
lo estrictamente lógico, buscando siempre construir, oportunidades, visionado…
No es la euforia del rojo ni tampoco lo creativo del verde.
El verde es la creatividad; una tormenta de nuevas
ideas. Es una búsqueda de alternativas; vamos más allá de lo obvio y conocido
incluso de lo que ha funcionado. Desde una idea se salta a otra nueva, dejando
fuera juicios. ¿Qué método utilizar? Pasar del pensamiento lineal al lateral.
Este sombrero es mi favorito. Poniéndonos éste puede nacer la identidad del
grupo, pareja o incluso la propia.
Por último el sombrero azul es el organizador del
proceso, el que dirige el pensamiento. Indica qué sombrero nos tenemos que
poner en cada momento. Con el azul dirigimos los temas hacia donde debe
dirigirse el pensamiento. Este sombrero hace la síntesis, visión global y
conclusiones. Es el sombrero que usaría el director de la orquesta.
El Dr. De Bono menciona que los sombreros se pueden
agrupar en 3 pares de opuestos:
blanco y rojo, negro y amarillo, y por ultimo verde
y azul.
Walt Disney también tenía una técnica parecida para
crear que utilizaba de manera intrapersonal. Trabajaba en 3 habitaciones
diferentes: la habitación de los sueños, donde la fantasía fluía sin
limitaciones y que sería como el sombrero verde; en la habitación de la acción
llevaba a cabo las acciones para materializar las ideas; y por último, la
habitación de la evaluación para analizar cómo lo había hecho y para ver
posibles mejoras.
¿Podemos o no podemos utilizar la técnica de los 6
sombreros para tomar decisiones en grupos informales? ¿Se te ocurre alguna
situación en la que tu grupo la podría haber aplicado?
¿Se pueden aplicar en
decisiones de pareja? Sería útil por ejemplo para la compra de una casa. Para
tomar nuestras propias decisiones, ¿podemos hacerlo cambiando de sombrero antes
de llegar a una decisión? Estoy convencido que a nivel individual, si somos
capaces de jugar con los sombreros de forma correcta, tomaríamos decisiones
mucho más adecuadas. Se me ocurren mil y una ocasiones para empezar a utilizarlos
todos. ¿No estarás usando únicamente el sombrero negro?